Oriente: el laboratorio del post-rock

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No seremos nosotros los que vayamos a negar que el post-rock está más que estancado, y no nos vamos a extender en ello, porque es un tema sobre el que hemos escrito seguramente más del que se merece. Independientemente de esto, Oriente (y en gran parte Japón) ha sido cuna de alguna de las bandas más originales que nos ha dejado el género. Este artículo recopila alguna de las más peculiares.

Jambinai (잠비나이)

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Jambinai es una joven banda de Corea del Sur, que este mismo 2016 ha publicado su segundo álbum, el excelente A Hermitage, que continúa la locura estilística iniciada en su debut Différance. El sello de identidad de la banda es el uso intensivo de instrumentos tradicionales coreanos como el haegeum (una especie de violín de dos cuerdas), el piri (una flauta) y el geomungo (una cítara oriental), que le da a su sonido un toque exótico y bastante cálido. Esto ya sería suficiente para entrar en este artículo, pero Jambinai no sólo se limitan a tomar las estructuras clásicas del post-rock, si no que un considerable porcentaje de sus temas se dejan querer por géneros tan diversos como el noise rock, el hardcore, el metal y el folclore tradicional. Sorprendentemente dicho mejunje en ningún momento resulta indigesto, homogeneizando los temas con la habitual histriónica visión que tienen las bandas orientales sobre la épica y la belleza. Para muestra este Connection, un tema a la altura de los mejores Mono.

World’s End Girlfriend (ワールズ・エンド・ガールフレンド)

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Tras World’s End Girlfriend se encuentra Katsuhiko Maeda, un japonés que en su prolífico recorrido (10 discos, otra decena de EPs, bandas sonoras y colaboraciones con bandas como Mono) nos ha dejado una de las visiones más interesantes de los proyectos que orbitan en torno al post-rock. En este caso, hay tanto post-rock como música clásica, jazz, rock progresivo y electrónica (muy influenciada por el glitch y el IDM) mostrando una habilidad a la hora de alternar géneros que hace que sea muy complicado seguirle la pista. Como punto de entrada a su vasta discografía, recomiendo Hurtbreak Wonderland, un disco ambiciosísimo, tan bello como chiflado, y que ejemplifica muy bien la peculiaridad del sonido de World’s End Girlfriend.

Natsumen

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Más bandas desde Japón, en este caso una que toca el post-rock muy tangencialmente, pero que merece tanto ser reivindicada que no nos hemos podido resistir a incluirlos en este artículo. Natsumen es un proyecto instrumental de varios músicos (a saber: 2 saxos, 1 trompetista, 1 teclista, 1 baterista, 2 guitarras y 1 bajista) cuyo elemento natural es el directo y que practican un alegre post-rock progresivo muy cercano al jazz rock (o más bien al revés). Tanto Endless Summer Record (su único disco de estudio) y Never Wear Out Your Summer XXX!!! (grabado del tirón en directo) son discos muy recomendables que transmiten muy buen rollo. Es complicado saber qué ocurre con la banda (casi todas las webs con información de ellos están en japonés), pero se supone que siguen dando conciertos, y que en el algún momento sacarán Fracture, un disco cuya salida lleva posponiéndose desde 2011 con la banda en plena post-producción obsesivo-compulsiva.

Toe (トー)

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Si me permitís la tonta comparación, suelo pensar que cierto tipo de post-rock es como el mar. Nadie duda de que contemplarlo es muy bonito. A veces nos mece cuando está en calma; otras desata su furia y puede llegar a formar tsunamis devastadores. Cinemático y expansivo son dos adjetivos comunes a ambos mundos. El caso es que esta contemplación, a la larga, nos puede llegar a cansar. Toe son el remedio ante ese abotargamiento.

Este cuarteto japonés es como una explosión de mil colores. El quid de su dinámica receta radica en practicar un estilo que bebe del jazz y del math-rock. Es curioso porque originalmente el género fue así concebido por bandas como Tortoise, y hoy en día tomaríamos como referentes a grupos de crescendos y capas de acordes del palo de Mono.

Su sección de cuerdas se suele mover en torno a sonidos poco saturados, constantemente en busca del cambio, que juegan a entrelazarse y complementarse. La batería es posiblemente su instrumento más carismático y redobla la riqueza de los temas con recursos jazzísticos y mil y un ritmos fuera de los patrones cliché. Las aportaciones vocales son frecuentes en los últimos trabajos y son realizadas por el guitarrista Yamazaki Hirokazu o por artistas invitados. La elegancia que suelen destilar podéis comprobarla oyendo a Toki Asako en el tema Goodbye.

Con esta divertida fórmula Toe han escrito todos sus discos, obteniendo en todos ellos un resultado impecable. Su último trabajo, Hear You, ha conseguido oxigenar más todavía su propuesta, abriendo los brazos hacia nuevos conceptos más propios del j-pop o del trip-hop, suponiendo una vía perfecta de entrada a su música.

Sgt.

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Si hablamos de Oriente como un laboratorio del post-rock es porque sus bandas han expandido el género hacia todas las vertientes posibles. Sgt. se han encargado de hacerlo hacia fundiéndolo con la música clásica y con el espíritu jazz. Estos japoneses destacan por el continuado uso del violín, verdadero “lead guitar” de los temas que en sus primeros trabajos proporciona un sonido bastante bucólico al conjunto. En sus últimos trabajos, el grupo ha ido contagiándose por ese espíritu más técnico y prog más propio de otros compatiotras como Rovo (otro grupo del que no os hablamos directamente pero que también podéis investigar), y de esa etapa cabe la pena destacar álbumes como Stylus Fantasticus o Capital of Gravity. Como muchas otras bandas, en su país natal tienen una gran presencia en directo y en colaboraciones con otros grupos, lamentablemente a Europa no suelen llegarnos muchas novedades y menos aún sus giras.