Cavalera Brothers: Return to the Roots – 08/11/16 (Barcelona)

Nuestra crónica de la gira Return to the Roots

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Que levanten la mano todos los que hayan berreado un tema del Roots de Sepultura (probablemente Roots Bloody Roots o Ratamahatta) con una maceta/cachi/mini/megavaso/cubalitro en la mano en su bar metalero habitual en algún momento de su vida. No puedo veros, pero me imagino que mucho de vosotros estáis sonriendo con la idea. Algo así tuvieron que pensar los hermanos Cavalera a la hora de idear este Return To The Roots, gira en la que están tocando el disco que ya os podéis imaginar con motivo de su 20 aniversario. Tiene sentido que lo hagan ellos, y no la formación actual de Sepultura, porque puestos a darnos un banquete de nostalgia, lo queremos hacer con Max Cavalera, una de las figuras más carismáticas que nos dejó el metal en los 90. Y más sentido tiene cuando vienen agotando entradas y cambiando sus conciertos a salas con mayor capacidad.

Nosotros pudimos estar en el concierto de Barcelona, y la verdad es que el ambiente previo era el propicio: los bares metaleros que rodean la Razzmatazz estaban a rebosar de gente madurita con camisetas de Sepultura con ya sabéis que disco sonando de fondo calentando para ver a Crisix, que supieron caldear el ambiente ante un público proclive a ello. Posturas de todo tipo y una buena ejecución que contrastaba con su estilo thrash falto de toda chispa e imaginación pero que valió entre el público.

Entre gritos impacientes salieron puntuales Max e Igor, comenzando arribísima (e inevitablemente) con Roots Bloody Roots y de ahí su Roots en perfecto orden. Aunque podríamos decir que cumplió, pudimos ver a un Max Cavalera bastante perjudicado y que le faltaba el aire en demasiadas ocasiones. Supongo que consciente de ello no paraba de pedir la participación del público para corear y cantar estribillos, incluidos en los momentos más ambientales, rompiendo esa magia tribal que es una de las señas características de Roots. Poco importaba. La mayoría del público estaba allí por la fiesta y pudimos presenciar toda una ristra de cuñadeces que harían las delicias de Pedro Vera: gritos alegres de “Max maricón/gordo/viejo”, gente coreando los cantos tribales del disco entre gritos de cabreros, interminables sesiones de vídeo con el móvil y todo tipo de chistes a grito pelado entre tema y tema. Aunque el verdadero titán fue ese señor que se cantó el inicio de Refuse/Resist en casi todos los cambios de tema. Un abrazo desde aquí.

Y aún con todo, esos detalles pesaron poco: las carencias de Max quedaban compensadas por su manifiesta entrega sobre el escenario, Igor Cavalera estuvo impecable (cosa importante si hablamos de Roots) y la banda de acompañamiento estuvo entregada, sabiendo aceptar su rol totalmente secundario en todo este viaje a la nostalgia (ni siquiera los presentaron). La banda cerró con una curiosa sección de bises alejada de otros hits de Sepultura (lo siento, señor de Refuse/Resist): Procreation of the Wicked de Celtic Frost, Policía de Titãs, Ace of Spades de Mötorhead y una versión tan acelerada como desafortunada de Roots Bloody Roots.

En frío, estuvo lejos de ser un concierto a recordar, pero desde luego que era difícil salir de la sala decepcionado y sin una sonrisa en la boca. Así de bueno es Roots y así se lo tenemos que agradecer a los hermanos Cavalera.