Top 2018 – Discos Internacionales

Los 30 mejores discos internacionales que para el staff de SuicideByStar han sido conforman el Top 2018 son los siguientes:

30

Avantdale Bowling Club

Avantdale Bowling Club

Con varios proyectos a sus espaldas, Tom Scott no es ningún desconocido en la escena hip hop de Nueva Zelanda. Pero si por algo nos ha entrado por los oídos es por su reciente Avantdale Bowling Club. Una exquisita amalgama de jazz rap, donde los samplers se cambian por instrumentación grabada en directo. No, nada nuevo, pero ejecutado de forma tan perfecta que es natural perderse en los golpes de pianos hipnóticos, la batería suave y las letras cargadas de slang kiwi, reflexiones sobre el abuso de drogas y luchas internas.

29

Tim Hecker

Konoyo

Para su anterior disco, Love Streams, Tim Hecker confrontaba la música de cámara con el autotune, y en Konoyo el compositor pone la vista en el bugaku: música tradicional japonesa que se interpretaba en la corte imperial. Hecker integra el tono grandilocuente y los instrumentos de este género con su habitual mezcla de drone, electrónica y música clásica moderna, dando como resultado el que posiblemente sea su disco más accesible y orgánico, menos preocupado en acumular capas y más en integrar sonidos. Otra obra maestra del ambient en la que perderse buscando detalles y en la que Tim Hecker demuestra que está a otro nivel.

28

Runemagick

Evoked From Abysmal Sleep

Ni más ni menos que 12 álbumes avalan a estos veteranos suecos como maestros totales del death/doom donde los riffs pesados son los reyes. En pocas palabras, si no te gusta lo que oyes en Evoked From Abysmal Sleep es possible que sencilamente no te guste el metal.

27

Urfaust

The Constellatory Practice

The Constellatory Practice es el cúlmen de la “trilogía cósmica” del dúo holandés, con el mismo fondo black/doom ambiental de siempre pero con unas formas mucho más pulidas y teatrales que hacen de Urfaust una de las propuestas más esotéricas del black metal contemporáneo.

26

MGMT

Little Dark Age

No es fácil señalar la mayor virtud de este disco. La creatividad conjugada con una nostálgica mirada a los 80, la capacidad para ser un crisol de colores y estados de ánimo, tener hits instantáneos realmente pochos y a la vez horteras, o circundar constantemente la delgada línea entre tristeza y jolgorio son algunos puntos fuertes por los que podríamos quitarnos la gorra. El dúo norteamericano se lleva la palma del indie-pop en 2018.

25

Mylingar

Döda Drömmar

Hace unos meses os hablábamos de Mylingar en nuestro especial mensual y todo lo que dijimos entonces aún aplica. Este grupo anónimo ha publicado el disco de death metal más absolutamente repugnante y perturbador de este 2018, un apaleo contínuo de riffs sin ningún atisbo de melodía y una voz que difícilmente nos podemos imaginar que procede de un ser humano normal. Döda Drömmar es uno de los raros casos en que un disco de black o death metal es verdaderamente capaz de hacernos sentir incómodos.

24

Tropical Fuck Storm

A Laughing Death In Meatspace

Australia queda representada en nuestro top con el debut de un proyecto iniciado por Gareth Liddiard y Fiona Kitschin (The Drones) junto a Erica Dunn (Harmony) y Lauren Hammel (High Tension). Nueve temas de un indie-rock marciano, guiado por la penetrante voz de crooner histriónico de Liddiard. Un disco sin demasiados artificios ni tomas perfectas pero que sabe peligroso y ácido, en la vena punk de Nick Cave.

23

Angélique Kidjo

Remain In Light

Si de influencias trata el juego, Remain in Light es uno de los discos más influyente de la música popular moderna. El trabajo de Byrne y compañía, con producción de Brian Eno, sumó al art pop neoyorkino multitud de influencias del afro beat de Fela Kuti. No podía ser de otra forma entonces, si la beninesa Angelique Kidjo era la encargada de reinterpretar esta obra, identificando y magnificando toda la influencia africana y haciéndola parecer una parte fundamental del original.

22

Knokkelklang

Jeg Begraver

El disco debut de estos noruegos ahonda en la pochez que caracteriza (sobre el papel) al depressive black metal pero huyendo de los clichés más melodramáticos; en lugar de eso, Jeg Begraver es un album áspero que se construye en torno a dos externos cortes de 20 minutos cada uno, y donde la opresiva (inexorable) atmósfera de muerte se construye a partes iguales gracias a las guitarras, plomizas y funestas, y a la producción cruda y minimalista.

21

Tomb Mold

Manor of Infinite Forms

El segundo disco de esta jóven banda canadiense es sin duda el punto álgido de la reciente oleada de old school death metal este 2018. Manor of Infinite Forms con sus 7 temas principalmente a medio tiempo no es un despliegue de tecnicalidad tan desbordante como el de sus compañeros de escena Blood Incantation o Chthe’ilist, pero no es ni mucho menos un disco obvio o simple, y posée tantos giros inesperados en su death metal cósmico y tanta imaginación que parece difícil condensarlo todo en 40 minutos.

20

Anna Von Hausswolff

Dead Magic

Si no fuera épico y grandilocuente basar su música en gigantes órganos eclesiásticos, la artista sueca ha querido empujar su sonido a nuevas cotas de majestuosidad. En este disco es inevitable reconocer el peso que ha tenido el último ciclo de Swans. Las cadencias hipnóticas y el uso de lentos desarrollos son actores principales pero casi meros vehículos cuando Von Hausswolff saca del fondo la verdadera pasión que lleva dentro.

19

Parquet Courts

Wide Awaaaaake!

Después de algunos trabajos más introvertidos y grises, los texanos de New York dan en el clavo girando 180º en su brújula musical: un disco completamente divertido y abierto a todos los oídos. No es fácil utilizar los elementos básicos de la vieja escuela del rock y salir indemne (que se lo digan a Titus Andronicus), pero Parquet Courts lo hacen fresco y divertido, sin miedo a utilizar ritmos del funk primigenio o volver a los fraseos dadá más punkarras de anteriores referencias.

18

One Tail, One Head

Worlds Open, Worlds Collide

La culminación de esta banda noruega es un LP de black metal ciertamente atípico, que recoge sus influencias de entre los clásicos del género pero también apoyandose en una producción descoyuntada y un énfasis en las melodías del bajo que los acercan al post-punk hasta el punto de recordarnos por momentos a un cruce entre Darkthrone y Rudimentary Peni.

17

Car Seat Headrest

Twin Fantasy

La jugada de Will Toledo & cía es digna de admirar: Twin Fantasy (Face To Face) es la versión regrabada de su Twin Fantasy, un disco que la banda siempre consideró inacabado y que en cuanto han tenido recursos han decidido regrabarlo cuidando hasta el más mínimo detalle. El resultado ha sido el descubrimiento de un clásico postergado del indie rock, con canciones que cantan sobre los problemas de la adolescencia en un envoltorio tan pretencioso como fascinante, y que consigue aunar himnos pegadizos con temas de 15 minutos.

16

Kamasi Washington

Heaven and Earth

Desde The Epic, Kamasi Washington está logrando algo tan contradictorio como funcionar de puerta de entrada al jazz para mucha gente… con discos que pasan de las dos horas de duración. Heaven and Earth puede perder algo de esa monstruosidad que tenían Harmony of Difference o The Epic, pero gana en temas más accesibles, dentro de lo apabullante de su instrumentación, como Fists of Fury. La voz vuelve a tener protagonismo para repartir mensajes reivindicativos entre sobre un colchón de jazz espiritual y coros celestiales. Mucho ojo, porque estas cesiones a la melodía no quitan que Kamasi fuerce los límites sonoros de la abrasión con su saxofón.

15

Necros Christos

Domedon Doxomedon

Desde el lanzamiento de su Doom of the Occult (2011) este grupo alemán parecía ser poco menos que el salvador del death metal, suponiendo que uno fuese capaz de aguantar su hora y media larga y la abundancia de interludios. Con Domedon Doxomedon tenenos la misma propuesta excesiva multiplicada por dos, pero lo cierto es que es un disco de death metal tan bien pensado, tan rebosante de influencias —desde black y doom a música levantina—, de tal profundidad temática y tan lleno de riffs pegadizos que es imposible que no sea uno de los mejores discos de este año.

14

Against All Logic

2012-2017

Nicholas Jaar ya nos había demostrado que aparte de confeccionar finísimo IDM, sabe ejecutar electrónica bailable y a la vez elegante (Darkside). Este año nos sorprende con un disco caracterizado por las señas de identidad del house pero llevado a un nuevo nivel de mojo. 2012-2017 se caracteriza por una clara inspiración de música de club, armado con desarrollos de asimilación rápida, loops desenfrenados y un preciso uso de samplers basados en música funk y disco de los años 70, todo ello sin llegar a quitarse del todo la chapita de la electrónica intectual.

13

Entropia

Vacuum

El grupo polaco nos sumerge en el pozo de la psicodelia sin perder el anclaje en el black-metal y sin renunciar a arreglos sintéticos o melodías. Vaccuum nos ofrece un viaje un viaje tan perturbador y ensoñador como las obras de Oranssi Pazuzu. Fuerza y energía en primer plano, sin demasiadas máscaras, confrontando con blast-beats y ogrescas voces, haciendo sudar al oyente y a la vez entregándole a una experiencia realmente divertida. Uno de los trabajos más asombrosos de metal experimental de este año.

12

Turnstile

Time & Space

Qué forma de abrir la ventana y airear la habitación revenida del hardcore punk han tenido Turnstile desde bien temprano este 2018. En Time & Space hay mucho hardcore, pero también muchísimos añadidos de otros estilos que hacen que en ningún momento podamos bajar la guardia. Tenemos tiempo para estribillos totalmente pop, pianos, solos de guitarra y muchas melodía, pero también para partes bien pesadas y casi metaleras. Si al escuchar este disco te entra sudor, estás en el sitio adecuado.

11

Vein

Errorzone

Los que nos sigáis habitualmente sabréis que somos unos amantes del nu-metal, y en general de cualquier movimiento metal o hardcore vagamente relacionados a dicho género, y este Errorzone resume perfectamente muchos de los elementos básicos de estos géneros. Aunque hay mucho de Converge en el disco, la banda replica las dinámicas entre momentos agresivos y melódicos que tanto nos enamoraron en su día y que tan bien supieron ejecutar grupos como Slipknot o KoRN, y además toman como propios tics tales como el uso compulsivo de breakdowns o la inclusión de pasajes breakbeat. No sabemos si el nu-metal y el metal/hardcore noventero volverán a las calles, pero con un disco así al año nos conformamos.

10

Thou

Magus

Un álbum que pasa de la hora y cuarto, un split y 3 EPs. Lo que podría ser la producción musical de una banda de metal en 5 años (o 1 mes de grindcore), es el resultado del trabajo de los prolíficos Thou en 2018. Dentro de toda la variedad que permite un estilo con tantos lugares comunes como el doom/sludge metal, los de Baton Rouge conocen a la perfección las técnicas de extracción de brea a base de riffs, graves y medios tiempos. Magus destila una oscuridad que juega a imitar a otros estilos de metal extremo, poniéndose un disfraz que supera con creces a la piel de muchos.

9

Uniform & The Body

Mental Wounds Not Healing

Los primeros una de las bandas más prometedoras del industrial, y los segundos uno de los tándem menos ortodoxos del noise. Ambas formaciones unen fuerzas en un disco que sabe más a debut de grupo nuevo que a colaboración, donde destaca su sonido agresivo y aparentemente inaccesible (no podía ser de otra manera), pero que esconde un corazón melódico que se puede entrever entre chillidos y capas de ruido. Aunque las dos bandas hayan sacado este 2018 discos más que notables por separado, nos quedamos con este Mental Wounds Not Healing.

8

Amnesia Scanner

Another Life

Another Life podría ser el resultado fallido de una inteligencia artificial componiendo música de baile. Intenta parecer humano, pero en seguida vemos la goma de la máscara. Con un buen barniz de ácido y distorsión, Amnesia Scanner nos ponen a bailar con sonidos que bordean el “uncanny valley”. Adheridos a una escuela de música electrónica experimental, saben destacar con su torsión de los efectos aplicados a la voz humana, y sí, también con ritmos de reguetón que nos ponen a perrear como si lo fuéramos a cobrar.

7

Rolo Tomassi

Time Will Die And Love Will Bury It

Los británicos han ido fraguando con cada disco una pieza más sólida a la anterior. A todas luces su última referencia es una nueva cima en cuanto a personalidad y solidez en las composiciones, un entramado que es capaz de apabullar con el hardcore más hiriente y al momento abrir los cielos negros con una luz que lo inunda todo. Para ello se valen de la versátil voz de Eva Spence, el uso de los teclados y el post-rock, no ya como una forma de divagar entre arrebatos sino con un claro objetivo de impacto y empuje.

6

Low

Double Negative

Low siempre han estado ahí, con una discografía interesante pero amplia y llena de altibajos que hace complicado acercarse a ellos, pero este Double Negative es una oportunidad perfecta para engancharse a la banda: nos encontramos ante un notable salto en su sonido, en el que han decidido coger su minimalismo y sus bellas melodías para enterrarlas en filtros y estática, como si fuera una reinterpretación del slowcore por parte de los My Bloody Valentine más experimentales. Y a pesar de todas estas capas, estas no enmascaran la esencia de Low: su capacidad de emocionar con elegancia y sin aspavientos. Toda una alegría ver renacer a unos veteranos tan infravalorados como Low.

5

Jon Hopkins

Singularity

Decía Jon Hopkins en una entrevista que con Singularity intentaba reflejar sus viajes tomando drogas alucinógenas (tema muy manido, btw), pero hay que reconocerle que este viaje que plantea es una ruta compleja a través de distintos estados de ánimo (eufora, ensoñación, revelación, melancolía) que en ningún momento pierde la tensión y el interés del oyente, a pesar de ejecutar transiciones muy arriesgadas desde la electrónica de club a temas de piano casi desnudos. La jugada es parecida a la de su aclamado Immunity pero esta vez mucho mejor resuelta y con las distintas caras de Jon Hopkins mejor integradas.

4

Sleep

The Sciences

Por sorpresa, nacido un 20 de abril (4/20, número de una ley americana para legalizar la marihuana), estirando el chiste hasta el límite de poder realizar una escucha seria. The Sciences es el disco de los padres del riff que acaba siendo agradable por agotamiento mental, del abuso de los platos y las frases de bajo más Sabbath que Sabbath. Por muy inesperado que haya podido resultar, lo que no nos extraña es cómo hemos quemado amplificadores y altavoces este 2018 hasta el punto de cantar “lololo” en nuestras cabezas con cada distorsión y cada cabeceo.

3

Idles

Joy As An Act Of Resistance

Son los niños favoritos de la crítica rockera, pero es que es imposible no rendirse ante ellos: su post-punk sudoroso es gamberro y coreable, y su actitud es la del mejor punk: irónica, visceral y, sobretodo, creíble. En este último disco la banda se abre emocionalmente y nos habla sobre drogas, machismo, la aceptación de la muerte y sobre uno de los problemas más indignantes de los últimos años: el crecimiento del racismo y el sentimiento anti inmigración en Europa, cristalizado en absurdos como el Brexit. Quizá Joy as an Act of Resistance no sea su mejor disco, pero el nivel medio de su discografía es tal que merecen estar en esta lista por pleno derecho.

2

Brockhampton

Iridiscence

Después de la impecable trilogía Saturation y de la expulsión del fundador Ameer Vann por casos de abuso sexual, la última publicación de la banda parecía un punto de inflexión difícil de superar. Iridiscence es todo un examen que este colectivo de creadores en Internet, convertido en boy band inabarcable, aprueba con nota. La variedad de estilos que manejan, no sólo en el disco, sino a nivel atómico en cada canción, marida a la perfección con unas letras cargadas de angustia adolescente, pasando del emo rap a instrumentales industriales, con una explosión de violines y cuerdas de por medio.

1

Daughters

You Won’t Get What You Want

Tras 8 años sin material nuevo, Daughters han sorprendido con su mejor disco hasta la fecha, donde perfeccionan su malrollista fórmula con una amalgama de hardcore, noise rock e industrial que aparenta ser más asfixiante de lo que resulta ser, y que incluso dulcifica unas durísimas letras que ahondan en los rincones más oscuros de la psique humana. A pesar de lo abrumador de la propuesta hay algo adictivo en el disco que invita a escucharlo una y otra vez, quizá porque sea uno de los mejores ejercicios de música dura y oscura de los últimos años.