El cónclave de SBS se ha reunido y de forma democrática ha elegido el Top 30 de los mejores discos internacionales de este año 2016. No os despistéis si no véis material nacional. No hemos querido que pierdan relevancia y habrá otro top única y exclusivamente para los artistas patrios.
Sin más preámbulos, allá vamos. Las quejas y lloros podéis remitirlas en los comentarios.
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30
A Tribe Called Quest
We Got It From Here… Thank You 4 Your Service
El de A Tribe Called Quest es sin duda el comeback de la década si hablamos de hip hop. Más colectivo que grupo, con este We got it from here… han mantenido la maquinaria del sampling bien engrasada, sonando clásicos porque siempre han sonado actuales. Por si fuera poco han vuelto con una plantilla de colaboraciones que asusta: desde Kanye West a Talib Kweli pasando por el habitual Busta Rhymes e incluso Elton John. Un legado más que sobresaliente para recordar la pérdida de Phife Dawg.
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29
Dälek
Asphalt for Eden
Dälek es una rara avis del mundo del hip hop. Aún estando totalmente enclavado en el género siempre se le ha visto cómodo en la escena metalera: editando en sellos trves (Profound Lore Records) y haciéndose conocido por muchos cuando teloneó a Isis en su última gira. Con este disco han demostrado que su hip hop oscuro y atmosférico sigue intacto tras los 6 años de hiato previos, mateniendo sus bases influenciadas por el ambient más etéreo y el industrial, enterradas en capas cual banda shoegazer. Un disco ideal para introducirse en el hip hop si vienes de géneros como el noise.
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28
The Hotelier
Goodness
The Hotelier lo petaron en 2014 con Home, Like No Place Is There, un disco que apareció en pleno amago revival del emo noventero. Sus letras manejaban muy bien en temas tan manidos como es el suicidio o los abusos desde un punto de vista tardo-adolescente, dejándonos unos cuantos himnos para el recuerdo. Y aquí los tenemos con la clásica presión del disco post-éxito, con un Goodness que suena mucho más maduro, optimista y ambicioso, con claras aspiraciones narrativas y que trata temas más elevados (el taoísmo), pero que mantiene la inmediatez de sus melodías y la sinceridad que siempre les ha caracterizado.
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27
Irkallian Oracle
Apollyon
Este misterioso colectivo sueco ha presentado este año su segundo álbum, donde en mayor medida que en su debut profundiza en las raíces doom de su black/death esotérico. Los ritmos ralentizados, la producción nebulosa con un énfasis sorprendente alejado de las guitarras y los riffs monótonos y droneantes hacen de Apollyon uno de los mejores acercamientos al black y el death metal por vía del ambient que hemos escuchado en mucho tiempo.
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26
Venetian Snares
Traditional Synthesizer Music
Aaron Funk se ha sumado a la revitalización de la electrónica retro con el uso de sintetizadores modulares. Curiosamente, este esfuerzo en sumergirse en madejas de cables y construir una propuesta menos perturbadora que anteriores trabajos ha supuesto el mejor resultado en años para el artista canadiense. Como un rompecabezas constituido por piezas intercambiables de breakbeats, cambios de tempo imposibles y etéreas melodías, los temas exploran las concordancias entre patrones, creando un resultando final fascinante y enriquecedor.
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25
Pallbearer
Fear and Fury
Cuando la tendencia en los estilos más lentos y oscuros es alargar los discos por encima de las dos horas, siempre se agradece poder disfrutar de EPs que concentren tanta calidad como el Fear and Fury de Pallbearer. Puede que alabar tanto su versión de Love You To Death parezca una minusvaloración, pero es complicado hacer tan personal y sentida una canción de un grupo con un sonido tan único como Type O Negative.
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24
Black Peaks
Statues
En nuestro radar desde que se llamaban Shrine, los británicos decidieron que 2016 fuera el año de su salto a la larga duración. Su propuesta se asienta en un lugar con nombre propio a caballo entre el post-hardcore, el metal y math-rock. Recopilando algunos hits anteriores y añadiendo nuevos temas a la palestra, el grupo ha limpiado su cara con una producción todavía más pulida, y el resultado es un arma realmente afilada, plena de canciones diseñadas para reventar en tu cara y sin ápice de relleno.
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23
Alkerdeel
Lede
El tercer disco de estos mugrientos belgas representa un paso más en su alejamiento del sludge y en pos del black metal pero todos los demás elementos del peculiar sonido de Alkerdeel están aquí: Lede es crudo, miserable, estridente y más feo que un desagüe por dentro.
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22
Vektor
Terminal Redux
Terminal Redux, de Vektor, ha conseguido la complicada tarea de innovar en un género tan estanco como a priori parece el thrash metal. Como ya os comentamos en nuestro especial para los que reniegan del estilo, Vektor ponen velocidad de crucero a base de ritmos ultrarápidos, temática sci-fi y un homenaje continuo a Chuck Schuldiner. Nuestra predicción: la ensalada de riffs, blast beats y coros épicos de Charging the Void será la banda sonora de la primera terraformación.
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21
Swans
The Glowing Man
Es verdad que Swans han perdido el efecto sorpresa que tuvieron The Seer y To Be Kind. Y puede que The Glowing Man sea el disco más flojo de la trilogía sonora que él mismo cierra. Pero también es cierto que Michael Gira ha parido otro disco totalmente inimitable, que exuda personalidad y que atrapa a pesar de no parar de retar al oyente con las largas progresiones marca de la casa. El disco peca de algún momento anodino, pero lo compensa con alguno de los mejores temas de Swans, como el que da el nombre al disco. Vamos a echarles mucho de menos.
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20
Dead Cult
Fall
Dead Cult son una de esas bandas del nuevo revival post-punk que beben tanto del sonido new-wave ochentero como del anarcho-punk inglés de la época. Aunque ni mucho menos pongan nada nuevo sobre la mesa el primer LP de Dead Cult es pegadizo como pocas cosas hemos escuchado este año, combativo y un heredero muy digno del estilo de Siouxsie y demás.
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19
Oathbreaker
Rheia
En sus conciertos ya casi no se hace pogo, movemos más el cuello, y hasta nos emocionamos más. De un más que correcto hardcore a-la-deathwish, Oathbreaker han pasado a encontrar un espacio donde se les ve cómodos y donde pueden explotar todas sus virtudes. Como en la película The VVitch, en Rheia los suizos salen del manto protector paterno para buscar la oscuridad en el bosque. Y nosotros tan contentos.
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18
Basement
Promise Everything
Los discursos del emo son variables. Cualquier sentimiento pasional, positivo o negativo, podría ser considerado. Llegados a su madurez, los británicos han ido discurriendo hacia los terrenos más nostálgicos y doloridos, llegando finalmente a un lugar común con el romanticismo adolescente de Jimmy Eat World y el rock alternativo de los 90. La baza de este disco no es, por supuesto, la presentación de un nuevo y renovado discurso, es su confección ajustada a todos los aspectos ganadores del género. Canciones sólidas como rocas llenas de melodías memorables.
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17
Ash Borer
The Irrespassable Gate
El tercer disco suele ser el que confirma si las expectivas depositadas sobre una banda estaban justificadas o si se trataba de mera impostura. En el caso de Ash Borer es el que les establece como uno de los pilares del black metal americano contemporáneo. The Irrepassable Gate continúa el camino abierto por Cold of Ages hace cuatro años alejándolos del nicho del black/post-rock de sus inicios en pos de un sonido más pesado y ortodoxo pero único en su inmensidad atmosférica.
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16
Ulver
ATGCLVLSSCAP
ATGCLVLSSCAP son improvisaciones de Ulver grabadas en directo, usando muchas veces como base temas anteriores de la banda, dándoles una personalidad totalmente nueva. Irónicamente, lo que podría ser considerado un experimento menor nos deja el mejor trabajo de Ulver de los últimos años. El resultado esn un acercamiento al avant-garde desde el ambient arropado por su más que consabido buen hacer en los instrumentos. Ahora queda ver qué nos deparan sus próximos trabajos, y si ATGCLVLSSCAP es un cambio en la tendencia a la baja que venían desarrollando Ulver.
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15
Roly Porter
The Third Law
Si el año pasado nos triunfó A U R O R A de Ben Frost, podemos considerar el último disco de Roly Porter su sucesor en el trono de la electrónica ruidosa y experimental. The Third Law parece la banda sonora de una película que no existe pero que se revela durante su escucha: ambientes íntimos y mesméricos que se resquebrajan entre pasajes de ruidosa grandilocuencia que evocan los peligros que se esconden en la aparente calma que reina en el espacio. The Third Law es un emocionante viaje que recompensa a los oyentes más pacientes.
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14
Uškumgallu
Rotten Limbs In Dreams Of Blood
La escena blacker de Portland, de la que hace poco os hablábamos, no ha dado más que alegrías al sector trve durante este año, y de ellas la mayor ha sido el LP debut de Uškumgallu. Rotten Limbs in Dreams of Blood reúne toda la oscuridad atmosférica, la crudeza y el veneno que impregna la visión única de una de las mejores canteras de black metal del momento.
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13
ANOHNI
Hopelessness
No es ninguna sorpresa venir a decir que la voz de Anohni (antes conocida como Antony), además de poseer uno de los registros más reconocibles de la actualidad, es un auténtico torrente capaz de emocionar hasta a las piedras. Con Hopelessness, además, rompe el cliché de que los supergrupos están destinados al fracaso. Las producciones de Oneohtrix Point Never y Hudson Mohawke, machaconas y etéreas cuando procede, son el vehículo perfecto para la denuncia contra la guerra, el machismo y la destrucción del medio ambiente.
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12
Dinosaur Jr.
Give A Glimpse Of What Yer Not
Es sorprendente que un grupo que se consideraba más que amortizado haya sido capaz de trazar una trayectoria post-reunión tan brillante y con trabajos de tanta calidad como Beyond o Farm. Ellos mismos parecen infravalorarla tocando en su mayor parte canciones antigüas en directo pero lo cierto es que en discos como éste no hay nada que podamos echar de menos. J Mascis siempre encuentra algún resquicio en nuestro corazón para llegarnos con su quejumbrosa voz, cantando por qué y adonde te fuiste, o algún melancólico solo donde nos gustaría quedarnos a vivir para siempre.
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11
Metá Metá
MM3
En los últimos años Brasil está exportando una cantidad de grupos que rinden homenaje a la música popular autóctona. Y lo más curioso es que este homenaje se hace con ruido y psicodelia, una asignatura donde Metá Metá destacan con beca Cum Laude. Este MM3 tiene “riffs” de saxofón con los que Michael Gira se muere de envidia, y es que instrumento sabe perfectamente cuándo dirigir al conjunto y cuándo permanecer en las sombras para que el resto del grupo destaque. Metá Metá son otra prueba de que Brasil es potencia mundial de ruido con denominación de origen, y de que hay mucha más vida más allá de Os Mutantes.
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10
Bölzer
Hero
Pocos discos de este año atacan tan directos a nuestras convenciones sobre lo que es el metal extremo como Hero de Bölzer. Los suizos han construido un parque temático dedicado al riff, donde por fortuna tienen la entrada permitida tanto a los que tienen nostalgia de los Mastodon más descarriados como los que se duchan todas las mañanas en un pozo de brea. Si a esto le sumamos un tratamiento de las voces poco habitual en el género, tenemos unos de los discos más trves y a la vez accesibles del año, cosa que nos parece perfecta.
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9
Trentemøller
Fixion
Trentemøller sigue inspirándose en la música oscura ochentera, especialmente en el post-punk, para componer su nuevo material, hecho que se hizo evidente en Lost y que se confirma con Fixion. En este caso nos entrega un disco con un sonido más desnudo (dentro de los estándares de Anders), que se combina a la perfección con la voz de Jenny Beth de Savages, y que curiosamente funciona mejor que el Anders Trentemøller más pretencioso. Sirva como ejemplo este Fixion como muestra de que la nostalgia ochentera no morirá mientras salgan obras de esta calidad.
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8
Death Grips
The Bottomless Pit
Nos encanta cómo el hip hop cavernícola de MC Ride encaja con esas producciones subversivas de Andy Morin y la locura rítmica de Zack Hill. La disonancia, el ruido y la cacharrería digital son las especialidades del trío, y en ello no fallan. El resultado no consigue superar el nivel de picazón producido en anteriores trabajos pero la ganancia está en canciones más estructuradas y por ende más certeras en su impacto, lo que, como yo mismo doy testimonio, ha permitido la captación de más público a su causa.
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7
Night Verses
Into The Vanishing Light
Los norteamericanos llegaban bien posicionados con un LP debut de excelente calidad, no obstante, Ross Robinson y un plus de creatividad prestada han logrado que el conjunto labre un opus de referencia dentro del post-hardcore. Aunando la sofisticación de atmósferas propia del post-rock, la experimentalidad de The Mars Volta en guitarras y baterías, y cierto regusto nostálgico por los sintetizadores, Night Verses se llevan el premio a la mejor nueva estética de sonido dentro de un género que estaba llamado a seguir evolucionando.
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6
Subrosa
For This We Fought The Battle Of Ages
El cuarto disco de Subrosa ha logrado ser no sólo el recipiente de dos o tres temas intachables sino un gran disco de principio a fin, y también uno de los más bonitos y emocionantes dentro del panorama metálico de este año. Si los arreglos de violín a caballo entre My Dying Bride y GY!BE no os dicen nada, escuchad ese precioso alegato pro-LGBT que es Troubled Cells. Nosotros os diremos que si Subrosa no mueven algo en vuestro interior es que estáis muertos por dentro.
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5
Naðra
Allir vegir til glötunar
Ya os hemos comentado alguna vez lo que nos flipa que un grupo tan pequeño de gente, en un país tan pequeño como Islandia, sean capaces de producir una cantidad descomunal de buenos trabajos de black metal. Naðra son otra manifestación más de este potencial, descargando un black que a veces se tilda de atmosférico pero que no pierde el tiempo con relleno. El machaque continuo y sin piedad no está reñido con los riffs, coros y cambios de tiempo más originales que se recuerdan en el estilo. Si esto es black metal para hipsters, pronto nos calzamos las Wayfarer.
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4
David Bowie
Blackstar
Si somos capaces de dejar un lado el efecto revalorizador que suele producirse tras al fallecimiento de un artista, podemos seguir juzgando Blackstar como una pieza con brillo propio dentro de la abultada carrera discográfica de Bowie. En sus inicios, el “camaleónico” luchó por dignificar el status del pop frente a la mirada altiva de los ortodoxos del jazz de su época. Es curioso: en su último trabajo recurre a él para dar otro paso más en experimentación y búsqueda de una nueva identidad, aunque a veces parezca que esa nueva identidad sea el mismo Bowie sin máscaras ni artificios.
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3
Urfaust
Empty Space Meditations
Ya hacía 6 años desde el anterior álbum de este inclasificable dúo, y el inagotable goteo de singles, splits y EPs no era satisfacción suficiente, pero con Empty Space Meditations Urfaust han vuelto a demostrar que operan en una dimensión totalmente personal y única, mezclando como nadie el black, el doom y el ambient en un disco que entrega tanto los momentos más puramente black metal de toda su carrera como los más melódicos y espaciales al tiempo que explora nuevos territorios. Esperamos no tener que aguardar otros seis años para poder escuchar más.
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2
Tim Hecker
Love Streams
No por repetirlo más resulta menos chocante, así que recordemos las influencias de la última obra de Tim Hecker: la “la estética litúrgica después de Yeezus” y la “voz trascendental en la época del auto-tune”. Para ello el canadiense toma coros de composiciones del S. XV dirigidos por Jóhann Jóhannsson y los deconstruye para crear atmósferas sintéticas que mantienen el misticismo que ya nos maravilló en Virgins. Y es que no es solo el proceso, Love Streams es uno de los mejores discos de ambient en años independientemente de toda la parafernalia que le rodea.
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1
Oranssi Pazuzu
Värähtelijä
El complicado disco de consenso este año. Los astros se han alineado con la llegada de estos finlandeses, que en su cuarto trabajo desdibujan más que nunca las fronteras entre black metal, el kraut más pesado y la psicodelia cósmica. Los 70 épicos minutos de Värähtelijä son de combustión lenta pero su fuerza es tal que nunca aburre, nunca desvía nuestra atención, y cuando finalmente acaba la sensación es la de haber experimentado algo muy importante. Que un grupo sea capaz de ponernos de acuerdo a oyentes tan variopintos como los que forman nuestro staff (desde el sector trve a los nuevos herejes del trap) es en sí un testamento de su grandeza. Värähtelijä, el disco de año en SBS, nos ha dejado con la boca abierta a todos.