Navegando por ahí me encontré en un blog con este disco que era recomendado como uno de los mejores trabajos del 2011. Me llamó la atención que fuese el debut de un grupo ambiental, algo poco frecuente en listas de lo mejor del año, y que el compositor y violinista Peter Broderick apareciese como colaborador, así que me dispuse a escucharlo inmediatamente aunque sinceramente sin esperar mucho: el ambient es un género plagado de miles de grupos clónicos y que a veces parecen caer en la ley del mínimo esfuerzo con la excusa del “es que es ambient”.
En este caso, A Winged Victory For The Sullen no son tampoco un grupo revolucionario pero eso si, lo que hacen, lo hacen francamente bien. El grupo practica una música ambiental de corte clásica y minimalista basada en el piano y el violín. Un piano muy lento pero que transmite mucho y un violín que, tocado suavemente, sin estridencias, y junto a la casi etérea capa de sintetizadores, funciona como base y fondo del disco. El resultado es un viaje preciosista y melancólico que estoy seguro encantará tanto a amantes de la música clásica como del ambient.
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