Black Gives Way To Blue, el disco de regreso de Alice In Chains al siglo XXI me pilló a contrapié. No me imaginaba que ningún cantante podría tapar el enorme agujero que dejó Layne Staley en el grupo, pero así fue, y el bueno de William Duvall recibió mi bendición. Tras lo que fue cátedra de rock duro en toda regla, cargada de canciones diez y repleta de de riffs inhiestos de tono jeviorro que hacían que esbozaras una maliciosa sonrisa en la cara, las grandes expectativas estaban más que fundadas para su continuación.
Dos pedradas como dos soles
El disco comienza muy bien, equilibrando la parte más dura con otra más introspectiva. Hollow y Stone son los dos singles con los que nos estábamos frotando las manos. El primer goza de un estribillo ganador y el segundo tiene EL RIFF, tan rocoso como el título, y con unas dinámicas tan perfectas como siempre. Pretty Done y Voice nos ofrecen sin embargo la faceta más melódica y ligera, más cercana a un rock soleado que escasea en la sombría discografía de los de Seattle. Es ahí donde encaja mucho mejor el tema que da el nombre al disco. Las guitarras lloran, el bajo aprovecha su hueco, pero el pantanoso estribillo no consigue levantar del todo el vuelo.
Y a la segunda mitad comenzó la bajona
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El problema es que en ese momento se desvela que los medios tiempos están copando demasiado ancho de banda y propician el bostezo. Las melodías tienen un toque apático y grisáceo en temas como Low Ceiling o Scalpel, ésta última, sinceramente, la canción más tostonera de la banda hasta la fecha. ¿Dónde están esos poderosos riffs de los que Alice In Chains hicieron gala en su anterior trabajo? ¿Hay que conformarse con los guitarrazos de un tema pasable como Phantom Limb? De la segunda mitad solo rescato a Hung On A Hook —¿tan difícil era pedir volver inspirar sentimientos de desgarro en una balada?— y el tema más colorido, Breath In A Window, que hubiera valido mejor como cierre del disco en modo balada rockera, con unos punteos que nos traen aromas del metal de los 80.
Jerry Cantrell, te prefiero concentrado en la guitarra
¿Se ha dormido Jerry Cantrell en los laureles? Puede que no, y que todo sea consecuencia del mayor peso específico que ha tomado a los micrófonos. Su aportación fue importante en Black Gives Way To Blue y anteriores discos de los 90, haciendo los coros de respaldo tanto en los temas acústicos como en las voces dobladas de las más cañeras, pero aquí directamente es co-protagonista. Suena honesto y es la esencia del grupo, pero sinceramente, Duvall tiene mayores capacidades técnicas, aunque lamentablemente su savoir faire brilla por su ausencia al recurrir muchas veces a melodías algo planas.
El resultado de The Devil Put Dinosaur Here es el mismo que cuando en las notas del mejor alumno de la clase aparece un notable y dos bienes. Da la sensación de el esfuerzo ha sido insuficiente y aún así el promedio sigue estando por encima del resto de sus compañeros de clase.