Cualquiera que haya seguido a Alkaline Trio conocerá de su deriva estilística. El punk rock de sus inicios evolucionó hacia un rock convencional y en formato más pop a mitad de su carrera. Sus siempre pegadizas melodías comenzaron a acrecentar la pátina de sensibilismo romántico y gótico —una trampa infalible para adolescentes de la nueva cultura emo—, alcanzando el mejor equilibrio de estos componentes en su Good Mourning de 2003. Con otros antecesores que tan pronto daban la de cal como la de arena, su noveno disco me había hecho albergar una ligera expectación sobre lo que nos encontraríamos.
La melodía como protagonista
My Shame Is True abre con tres canciones ligeras pero totalmente efectivas. Matt Skiba miente al FBI y nos habla de su intención de quedar para la posteridad en I Wanna Be A Warhol, pero también es capaz de escribir con una acidez más punk en I Am Here To Dissapoint. Por el contrario, The Temptation of St. Anthony, sin recurrir a grandes estribillos es el tema más interesante en el apartado instrumental. No nos engañemos, Alkaline Trio ha sido un grupo que ha triunfado básicamente por hacer canciones con buenas melodías, por lo que estas discretas aportaciones individuales de la guitarra y el bajo en el puente, así como una trepidante batería, son suficientes para hacer destacar la canción. I, Pessimist tiene una colaboración de Tim McIarth de Rise Against con el bajista Dan Andriano, que como siempre nos deja las mejores aportaciones en las voces del trío. Aunque en este disco el bajista tiene menor peso, en el EP que acompaña al disco en la edición deluxe, Broken Wing, es prácticamente protagonista.
Sobre creerse a los románticos
Las semibaladas con tono más pop aportan el rosa sobre el negro que tanto atrae a los amantes de la melodrama siniestro. Estamos hablando de temas como Until Death Do Us Part, Only Love y Young Lover. Como ya intuís en los títulos de las canciones, el grupo sigue abanderando las premisas básicas del Werther de Goethe. Todo gira en torno al amor, pero no como elemento de gozo, sino como sufrimiento. El dolor, la muerte y los corazones rotos son elementos fundamentales de la imaginería letrística de Alkaline Trio y para esta nueva entrega tienen la excusa de la ruptura de Matt Skiba con su novia —la cual supuestamente aparece en la portada del disco—. Y de ahí el problema. Para tanta letra sentida, la falta de pasión y de desgarro del que adolecen muchos temas da carta blanca para interpretar este disco como un nuevo leño a la hoguera del postureo emo.
El desgaste que ellos mismos temen
Extrañamente, estos temas más ñoños no son el punto débil del álbum, puesto que es en cortes como Torture Doctor o Once Last Dance donde el grupo achaca una vacuidad casi deshonesta. Además, justo cuando enseñan los secretos más interesantes de su oscurantismo, como los ecos a Editors en Kiss You To Death, suelen desdibujarse rápidamente a favor del punk-pop más banal, como queriendo tapar rápidamente la verdadera tristeza con melodías aptas para todos los públicos.
No puede decirse que los de Chicago hayan dado un gran traspiés en su carrera, de hecho en My Shame Is True tenemos temas muy buenos y en general bastante aceptables, pero el desgaste del grupo es patente y el temor ante la aceptación del público adolescente parece materializarse. Incapaces de arriesgar hacia terrenos más complejos o profundos, o de volver a la brillantez compositiva de sus inicios más crudos, Alkaline Trio tienen el riesgo de quedar atrapados en su propia inseguridad emocional.