Apparat (nombre bajo el que se escuda el alemán Sasha Ring) es uno de los proyectos de electrónica más alabados en la actualidad, gracias a una magnífica discografía y a Moderat, su otro proyecto junto a Modeselektor. En este 2011 ha decidido volver con su proyecto original con este The Devil’s Walk, un disco lleno de novedades en el sonido de Apparat que ha generado bastante diversidad de opiniones desde su lanzamiento, tanto a favor como en contra.
The Devil’s Walk no es más que el siguiente paso en la evolución de sonido de Apparat, que ya comenzó con su anterior trabajo: de Duplex a Walls se redujo bastante la frialdad del sonido del proyecto (puro IDM en sus inicios), aumentando en gran manera la variedad de instrumentos y el uso de voces. Este último disco quizás más que un paso en esa dirección, hayan sido dos o tres, pero me extraña que algunas personas se hayan sorprendido tanto con el sonido de The Devil’s Walk, porque era algo que se veía venir.
El último trabajo se aleja del sonido de proyecto de electrónica a sonar casi como una banda (de hecho este disco lo ha compuesto junto a su “Apparat Band” con la que anda girando Ring para presentar el álbum): todas las canciones tienen un fuerte componente vocal y la variedad de instrumentos es extremadamente amplia, lo que hace que The Devil’s Walk sea el disco más orgánico de Apparat hasta la fecha. Muchas han sido las comparaciones hechas desde la prensa especializada con Radiohead, M83 o Sigur Rós, y no andan del todo desencaminadas (aunque sí están algo exageradas). Ciertamente muchas canciones pueden sonar a los Radiohead más electrónicos, algunas estructuras pueden ser muy post-rockeras (The Soft Voices Die), o meter coros y sonidos muy típicos de Sigur Rós (atención a los coros de Escape), pero es injusto resumir a estas comparaciones el sonido del disco.
The Devil’s Walk es un disco que podríamos clasificar de “sentimental”, tanto en la música como en las letras. Y aunque casi todas las composiciones tienen un indudable toque melancólico, la variedad entre los temas es realmente destacable: desde la depresiva Goodbye (en la que colabora Anja Plaschg de Soap&Skin) hasta el pseudo-single comercial Song Of Los, dejando por el camino temazos como Ash/Black Veil (para un servidor la mejor canción del año con sus vibrantes violines) o Candil De La Calle, quizás el tema que más pueda recordar a los “viejos” Apparat.
Sasha Ring ha firmado un disco al que poco o nada se le puede achacar, y que transmite una calidez como pocos discos editados en 2011. Escucha casi imprescindible sean cuáles sean tus géneros favoritos.