Grandes recuerdos guardo de Hits From The Bow y The Game of Life, los dos primeros discos de la discografía de Arsonists Get All The Girls, el quinteto norteamericano que apareció en escena bajo la, para algunos, dudosa etiqueta del nintendocore justo cuando otros como HORSE The Band partían la pana tras un Mechanical Hand que los afianzaba dentro del género. Mientras tanto y hasta este 2013, Arsonists Get All The Girls parecían algo dispersos entre tanto cambio de formación (incluso muerte de uno de sus miembros) con otros dos discos donde bajaron de revoluciones llevando su sonido por otros derroteros, aunque siempre me han parecido una banda bastante efectiva a la vez que poco valorada.
Listen to the Color, autoeditado por el grupo, rompe con fuerza en este 2013 con un sonido mucho más agresivo, trayéndonos las sensaciones de los comienzos del grupo y a nada más y nada menos que el vocalista original de la banda, Remi Rodberg. Con la electrónica de los bits como aliciente de su deathcore más alocado, este disco ha conseguido engancharme durante largo tiempo. Más allá de lo evidente, que es esa máscara de “música con un toque humorístico” que suelen portar estos grupos, en Listen to the Color se esconde un lobo con piel de cordero, un disco realmente experimental y progresivo, que derrocha una creatividad descomunal y una técnica admirable. Incluso en el tema más absurdo de todos, Balloon Battle, es inevitable maravillarse con la rítmica de los compases posteriores a la intro extraída de las carreras del videojuego Mario Kart. Suena realmente absurdo, pero es que el disco puede llegar a serlo: Death metal, hardcore, electrónica, progresivo, funky, jazz y porque no, también música surf son algunos de los géneros que podremos descubrir en las dispares piezas de este trabajo, una mezcla arriesgada pero de un resultado verdaderamente atractivo.
Tras la intro del disco, When I Was Your Age Pluto Was Still A Planet abre la veda de la espiral de la locura y en apenas treinta segundos nos mete de lleno en uno de los pocos temas del disco que supera los dos minutos de duración. Bottle City no levanta el pie del acelerador, con una batería pasada de vueltas empiezan a sucederse disparatados riffs de guitarra y bajo que se alternan con estrofas más rítmicas donde construyen un sonido mucho más pesado. Aunque no llega a ser el prototipo de canción que suelen componer estos norteamericanos por la escasa intervención de los teclados, es interesante la variedad de sonidos que nos han querido ofrecer. Más característicos del grupo son temas como por ejemplo Play The Sheep o Listen to the Color, donde alcanzan las cotas de frenesí más altas del disco. Otros temas más calmados como MK-Ultra dan reposo a esa sensación de agobio de los primeros temas, sensación provocada también en gran parte por la desquiciante voz de Remi.
Dentro de lo variopinto del disco, encontraremos colaboraciones de otros músicos, como por ejemplo el ex vocalista de la banda, Cameron Reed. Especialmente llamativa me ha parecido la colaboración de Rob Smith, de Heavy Heavy Low Low, que aporta su estilo a un tema que le viene como anillo al dedo. De entre toda la maraña tejida por AGATG en este trabajo, es indispensable pararse a disfrutar también de otros temas que se salen por completo de lo que acostumbra el grupo, hablo especialmente de Ride The Wave o Sunny Places for Shade People, la primera invita a aventurarte en la búsqueda de la ola perfecta mientras la segunda sale al paso con un final tranquilo y completamente ajeno al disco. Curiosamente, son este tipo de canciones las que aportan el equilibrio que le falta a este trabajo que en ocasiones puede llegar a saturar por su sonido.