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Ben Frost – Music For Sad Children (2001)

Ben Frost es un músico australiano residente en Reykjavík (se rumorea que se cambió el apellido al mudarse allí) que debutó con este Music For Sad Children hace ya más de 10 años. Influenciado quizás por el ambiente de Islandia, que siempre parece llevar a los músicos hacia la experimentación o atraer a su tierra a quienes tienen
inclinación hacia ella, Ben Frost se convierte en un creador de atmósferas. Aunque pasados los años su sonido ha girado hacia terrenos más ruidosos ofreciéndonos ambientes más cercanos al drone o incluso al noise, en sus inicios, como en el disco que nos ocupa, la electrónica más pausada es protagonista.

Todos los discos de Ben Frost coinciden en que transmiten un sentimiento agobiante o pesimista y triste, y se diferencian en la forma de conseguirlo. En este caso el piano es el instrumento elegido para acompañarnos durante todo el disco, tocando melodías lentas que fluyen acompañando a la base electrónica —algo así como a medio camino entre el Trip-hop y el IDM— en un buen contraste entre la música clásica y la experimentación.

Un disco para relajarse y una buena elección para iniciarse en el trabajo de este compositor, en mi opinión interesante en todas sus facetas.