Bosse-de-Nage nos traen su segundo larga duración, poco más de un año después de su primer trabajo. Al igual que su primer disco, no se hace ninguna referencia al título del mismo, por lo que es generalmente denominado ii. Algo más corto que su debut, aunque de temas algo más largos, Bosse-de-Nage ii refuerza la impresión de que el black metal estadounidense goza de muy buena salud, con muchas bandas nuevas con ideas y enfoques poco convencionales que dan un respiro a un género que llevaba mucho tiempo estancado con demasiados grupos copiándose entre sí.
Nuevamente, su black metal seco y con pocos adornos, muy minimalista y repetitivo con algunas trazas de black metal francés y post rock (aunque ya avisan desde The Flenser, su discográfica, que pensemos en Slint y no en Godspeed) hipnotiza y sorprende. Donde su primer trabajo quizás dejaba un sabor más agridulce, que era en la repetición abusiva de fragmentos, su predecesor es más variado y menos a piñón, aunque realmente pocas cosas han cambiado: las voces siguen siendo gritonas, el ritmo frenético que envuelve el disco juega algo más con los medios tiempos pero sin pasarse, la alternancia de riffs melódicos con otros más duros está nuevamente presente e incluso hay una continuidad en la temática de las canciones (en ii, Marie in a Cage, mientras que en i, Marie Pisses upon the Count).
Bosse-de-Nage no son una banda más del montón, lo cual demuestran hasta en el colorista enfoque de su portada. A lo largo de los siete temas que componen esta obra, alimentan un sonido delirante, el cual se refleja en unas letras tremendamente surrealistas y con una desconcertante narrativa, en las que se incluyen muchas influencias literarias, como su nombre, tomado prestado del escritor francés Alfred Jarry, o el título que da nombre al último tema, «Why am I so lovely? Because my master washes me«, cita de Paul Eluard, un escritor surrealista. Estas letras, muy vivas y narrativas, llegan a cotas de absurdismo puro y duro, hasta el punto de incluír pasajes altamente pornográficos que dejan entrever cierta animadversión a la religión.
Con algo más de 40 minutos que desembocan en una muralla de feedbacks y distorsión para cerrar el disco, Bosse-de-Nage se postulan como una banda curiosa y con un sonido muy personal que destaca muy por encima de la media. Seguiriemos atentos. Tanto i como ii se pueden adquirir desde the Flenser, este último tanto en formato de CD como en vinilo.