Aunque el rock mainstream de Foo Fighters puede que no sea plato de buen gusto para todos, es inapelable que Dave Grohl consigue día a día ganarse el respeto de todos aquellos que amamos la música: su honrada postura para conservar el legado de Nirvana incorrupto, sus múltiples facetas profesionales (con su reciente y exitoso salto en el mundo del documental con Sound City), su sentido del humor (¿recordáis su troleo en una actuación con Foo Fighters disfrazados de rednecks en una cabalgata por Kansas City?), así como su actitud de estrella de rock de barrio, cercano, con el que uno fácilmente puede identificarse, son algunas de las cosas que le han valido para ganarse dicho respeto.
Ahora, para sumar más puntos, tenemos el discurso que dió en la Conferencia Musical South By Southwest, un evento que reúne en Austin (Texas) a diferentes miembros de la industria musical, y que también sirve de elemento de promoción a la discográfica que lo organiza, SXSW®.
Dave Grohl era el invitado estrella de la conferencia, y para ello, siguiendo consejo de su amigo Bruce Springsteen preparó un discurso en torno a las motivaciones que le llevaron a ser músico. Grohl hace un repaso a esos grandes hitos de la vida de cualquier amante de la música: la canción que le descubrió y le hizo enamorarse del rock (el tema instrumental Frankestein de Edgar Winter Group), su primera banda, su primera asistencia a un concierto (genial su descripción de sensaciones), y el descubrimiento del punk-rock de la mano de su heroína, su prima Tracey de Chicago.
Como no podía ser de otra forma Grohl también hace un repaso de su historia con Nirvana, siendo uno de los momentos más soprendentes cuando revela las palabras que Kurt Cobain dijo —al parecer, totalmente en serio— a la discográfica cúando les preguntó que era lo que querían en contraprestación por vender su música.
49 minutos de documental bastante amenos, que dan momentos muy ganadores como cuando critica a los concursos de TV tipo «La Voz» o como cuando arenga «¿a quien le importa la opinión de Pitchfork?» al revelar su guilty pleasure por Gangnam Style; y que desvela que Dave Grohl, le pese a quien le pese, y tenga el éxito comercial que tenga, sigue siendo un artista honesto con su trabajo.