Bree Joana Alice Robinson, más conocida como Brody Dalle, antigua vocalista de The Distillers y Spinerette, se estrenaba este año con su primer disco en solitario. Todas las pistas apuntaban en la buena dirección: invitados de lujos como Shirley Manson de Garbage o Michel Shuman de Queens of the Stone Age entre otros, y Alain Johannsen como instrumentista de arreglos y líder en los mandos de la mesa.
La chica dura se vuelve sofisticada
Brody Dalle sigue componiendo en el molde del punk-rock de sus raíces, temas rápidos y directos guiados por la guitarra, aunque al trinchar el pastel se revela que por dentro nada puede relacionarse con la espontaneidad y rudeza del género. Diploid Love se muestra como un disco sofisticado, muy trabajado en el estudio y con una producción muy cocinada. No hay detalle al azar ni una nota vocal medio desentonada. Las baterías electrónicas marcan ritmos marciales y precisos con un aire sintético consiguiendo, como en el adictivo Meet The Foetus / Oh The Joy —una oda a su maternidad bastante poco políticamente correcta — un sabor a industrialada y post-punk.
Mantén esas cajas de ritmo sonando, Brody
Al fin y al cabo Brody nos ofrece lo que mejor sabe hacer: canciones como Don’t Mess With Me, repletas de melodías cantables despechadas con su grave voz de fumadora de Winston, pero es quizás en las ideas más innovadoras donde el suelo comienza a hacer algo más inestable. No es mala idea el acompañamiento de las trompetas y el outro latino a cargo de gente de Mariachi El Bronx en Underworld, pero parece que debería haber algo más brillante para quedar justificado. El mareante vals de Parties For Prostitutes tampoco lo considero como una sabia elección.
Por el contrario es cuando Dalle se apega a los toques más electrónicos y artificiales como en Dressed In Dreams o Carry On es cuando sale reforzada. Es una evolución enfocada por el lado correcto, todo indica que Brody tiene material suficiente para mantener el nivel de sus anteriores proyectos.
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