Precisamente de amor habla el álbum, que es un trabajo conceptual en el que el habitual discurso de la banda, centrado en señalar todas nuestras bajezas como seres humanos, se adapta a una tortuosa y trágica historia de amor sin ninguna luz y muchas sombras. La música de Celeste encaja perfectamente con esta versión descarnada de las relaciones personales, no dejando en ningún momento espacio a sensaciones tales como la esperanza, sino que a base de gruesos riffs de regusto black levantan un muro infranqueable entre cualquier sentimiento positivo y el oyente. Con violencia, Johan casi escupe con una violenta urgencia unas letras que rezuman una rabia que resulta casi tóxica.
¿Qué hace que Animale(s) me haya conseguido enganchar? Quizás sea su álbum con mejor equilibrio entre las partes con presencia vocal y las instrumentales. Estas últimas resultan lo suficientemente extensas como para dejar respirar al oyente, pero las atmósferas que evocan son tan tensas que no rompen la insalubridad que domina la escucha del disco. Sólo hay que escuchar (X) e (Y), los dos temas plenamente instrumentales del disco para darse cuenta que estos están lejos de ser un remanso de paz. Sólo ya al final, en una preciosa outro con arreglos sinfónicos, la banda deciden soltar un poco la mordaza que han apretado durante casi hora y media. Un final calmo y de cierto cariz triste y melancólico, que sirve para reposar en la mente toda la ira vertida hasta ese momento y ser conscientes de la paliza emocional recibida.
Celeste plantean una relación entre Animale(s) y la persona que decide atender a su ensayo sobre la misantropía similar a la historia del disco. No es complicado enamorarse del albúm y terminar sucumbiendo a la tentación de recaer en él cada poco tiempo, pero esa relación resulta casi masoquista, ya que la música de Celeste no duda en golpear continuamente los oídos y el estado del ánimo del oyente. Una diablura que no es más que un síntoma de lo auto-consciente que llega a ser Animale(s), y que demuestra hasta qué punto llega a ser un disco conceptual.