Cayendo fulminantemente enamorado de Attack On Memory por su intrínseca fuerza emo y la fluida combinación de la urgencia de su rock guitarrero con progresiones capaces de volcar mesas de la tensión desatada, me ha sido realmente difícil conectar con Here And Nowhere Else, un disco que olvida esos momentos de ansiedad y aflicción que tan bien sientan compositivamente al grupo en aras de un rock más suelto y a priori menos interesante. Inexplicablemente, el disco me ha acabado atrapando y finalmente he me sumergido en él prácticamente hasta la médula.
Si en su anterior referencia Cloud Nothings hablaban en las grietas, en las arrugas, en los sinsabores, Here And Nowhere Else se manifiesta como un tocón uniforme, compacto y sin vuelta de hoja. Acordes sueltos, distorsión y fuerza en los agudos, rapidez, ritmos inquietos y bombeantes —a veces incluso esquizofrénicos— y cénits machacantes son las armas esgrimidas. El grupo parece olvidarse de extremos y mostrar querencias hacia sus medios, donde Dylan Baldi ha conseguido una fórmula exitosa, sin riesgos y fracturas. Las guitarras imperan y el bajo destaca cuando le dan cancha —ver Giving Into Seeing—, los temas tienen minutajes regulares y las explosiones furiosas se limitan a momentos puntuales y poco esperados, como Quieter Today o Just See Fear, temazo por cierto éste último. De cualquier forma mis dos temas favoritos son por otro lado los que redondean al disco, Pattern Walks y I’m Not Part Of Me, temas que se quedan a dormir en mi subconsciente de una manera que solo grupos mamados en mi juventud como Nirvana o Green Day habían conseguido. Las conclusiones a las que llego son inmejorables.
Aunque Cloud Nothings hayan creado un disco de rock alternativo más estandarizado, demuestran que el nivel de sus composiciones está por encima de la media. Si el grupo se encuentra cómodo y la máquina sigue funcionando, ¿por qué íbamos a criticarlo?
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