De aquellos polvos, estos chándales: El origen del Nu-Metal

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Dicen que echar la vista atrás es de nostálgicos. Puede que lo sea, pero también es una forma de entender mejor el presente y por supuesto el futuro. Es por ello que hoy planteo un monográfico (que ojalá tenga continuación por mis compañeros con otros géneros) enfocado a desentrañar un poco el proceso de gestación del nu-metal, a entender el caldo de cultivo en que se dieron las condiciones para su explosión, y si es posible, reivindicar un poco tan denostada escena, calificativo que, muy a mi pesar, ha sido justamente impuesto por causas que incumben de pleno por la decadencia de los propios grupos que la auparon.

Lector, sé que puede ser chocante, pero tenemos que partir de una base clara para que nos lleguemos a entender: el numetal nunca existió —como tampoco existió el grunge—, no al menos como un estilo ortodoxo y canónico. Lo que sí existió fue una especie de sincronización entre estas bandas contemporáneas por desarrollar en su metal el gusto por ciertos dejes y querencias que a continuación repasaremos. Bandas tan diferentes como Korn, Deftones, Incubus, Slipknot, (Hed) P.E., System of a Down, Limp Bizkit emergieron al mainstream en muy poco tiempo, en una especie de renovada fiebre juvenil que parecía querer retomar el pulso a los fuertes años vividos por una ola grunge, que en el contexto mediático se dio por muerta de forma sincronizada con el trágico fin del “rock star que nunca quiso serlo”, hace en estos días cerca de 20 años.

Todos estas “bandas madre” procedían de distintos ámbitos musicales, y de alejados puntos geográficos. No había una escena e internet era solo una red de comunicaciones en pañales, con apenas unos pocos millones de usuarios conectados. A los pocos años de los primeros referentes, otros grupos nuevos, o incluso veteranos como Machine Head o In Flames, generaban una segunda ola artistas que trataban de aglutinarse y coger un tren que iba a toda pastilla en cuanto al éxito comercial.

Pero volvamos al principio, a finales de los ochenta y principios de los noventa y veamos cuales fueron los referentes, que de forma casi improvisada, sirvieron como desencadenantes del sonido nu-metal.

 

Hip Hop

RUN-DMC
Los pioneros del asunto

En las emisoras de radio, en la MTV, en los coches a todo volumen, ya fuera en los barrios marginales o bien en los barrios de blanquitos “bien”, a principios de los 90 el rap sonaba en todos los lados. Era la Época Dorada del Hip Hop. El old school de pioneros como Run DMC dejaba paso a músicos que, con una creatividad impresionante, daban una vuelta de tuerca en cuanto a experimentalidad, producciones y rimas que buscaban (y encontraban) los tres pies al gato. A partir de aquí la historia se escribió sola. Raperos que se hacían famosos, llegaba el dinero, las drogas fáciles y las armas automáticas, y cómo no podía ser de otro modo, todo acabó desembocando en la proliferación de bandas de Gangsta Rap que decían ser los más chungos del lugar, o que su costa molaba más que la tuya.

Considerando la popularidad del hip hop en ese tiempo, no podemos sorprendernos de la fuerte herencia recibida por unos metaleros que en verdad no se vanagloriaban de ser trves. La mezcla con el rock ya no era una barrera ni avant-garde, era un presente. No hablamos ya de éxitos experimentales como Anthrax asociándose con Public Enemy, o Run DMC tocando el Walk This Way con Aerosmith; en 1993 ya se habían sentado las bases y construido las catedrales. Beastie Boys retomaban sus raíces del hardcore-punk para propulsar con más fuerza sus rapeos en Check Your Head (1992). La banda sonora de Judgement Night se acabaría convirtiendo en un disco de culto compuesto por duetos de grupos de rock y rap tan extraños a priori como Sonic Youth con Cypress Hill. La banda sonora acabaría adelantando por la derecha a la propia película, y por supuesto en un contexto musical en el que el disco debut de Rage Against The Machine funcionaba como ariete y detonante de lo que vendría por llegar.

Sin llegar a entrar en grupos que directamente incorporaron a su apartado vocal buenas dosis de rapeos como por ejemplo los debuts de (Hed) P.E. o de Limp Bizkit, cantantes más melódicos como Jonathan Davis o Chino Moreno reconocen abiertamente su amor por el hip hop. Korn no tenían vergüenza en mostrar su admiración por N.W.A., Ice Cube —con el que colaboraron frecuentemente— o a los propios Cypress Hill —a quienes Korn ya samplearon al inicio de Blind— y quienes no tardaron en incorporar guitarras eléctricas a su música (recordad su disco doble Skull And Bones) o formar proyectos paralelos más orientados al rock como SX-10.

No menos importante a la lírica, el hip hop introdujo elementos en el nu-metal como el turntablism. Aunque nunca fue requisito para una banda chandalera, un DJ era todo elemento cool, aunque a la larga muchos de estos pinchadiscos, con el paso de la moda, acabaran reciclándose con el uso de sintetizadores como DJ Lyfe de Incubus, uno de los mejores en integrar inteligentemente las raspaduras de la aguja con los riffs guitarras.

HouseOfPain
Antes de recaer en Limp Bizkit, DJ Lethal formaba parte de House of Pain

Siendo un estilo en el que el groove y la cadencia rítmica primaba y lideraba las canciones en oposición a las guitarras, contrastando con el tradicional guitar-driven metal de los 80, los loops del hip hop dejan su huella en bateristas como Abe Cunningham quien, incluso en sus temas más duros, tienen ese toque Boom-Clap que tan bien supura Digital Bath. La caja de sonido metálico con fuerte resonancia se acabó imponiendo como uno de esos gadgets imprescidibles en el nu-metal y para que veáis como son al final las cosas, acabó haciendo estragos en el St. Anger de Metallica.

 

Crossover

UrbanDanceSquad
Mientras tanto… en Holanda

Utilizando la fusión como “mínimo común múltiplo”, numerosos grupos comenzaron en los 80 —mentar a Suicidal Tendencies, S.O.D. o Agnostic Front solo como ejemplo—a mezclar el hardcore-punk con el thrash-metal, para continuar en los 90 ahondando en esa cultura urbana, propiedad de bandas con pañuelos de colores y skaters, de entre los cuales se erigen Sick of It All, Madball o Biohazard como referentes. Pocos vídeos como Shades of Grey dejan esa impronta visual tan potente en cuanto a lo que estamos hablando.

No hacer referencia a Urban Dance Squad en este artículo podría estar penado por el Tribunal de La Haya. Estos holandeses fueron capaces hacer encender la bombilla sobre la cabeza del propio Zack de la Rocha cuando todavía militaba en su banda de hardcore Inside Out. Temas como Demagogue chorrean flow por los cuatro costados, haciendo gala de los elementos clave del estilo de Rage Against The Machine: el rap y el pedal de wah wah de las guitarras. Este grupo, paradigma del crossover, consiguió cierta repercusión mediática en EEUU gracias a una gira por Norteamérica junto a otros grandes de la fusión, Living Colour, una talentosa banda que tras Bad Brains o Fishbone consiguió atraer las miradas del rock hacia los afroamericanos. El propio guitarrista del grupo, Vernon Reid, llegaba a quejarse sin tapujos de los prejuicios de un público que seguía pensando en cajones estancos dentro de la música, olvidándose de las raíces negras del rock. De hecho, Reid llegó a crear una asociación de músicos negros “Black Rock Coalition” para reinvidicar sus ideas.

Esta destrucción de las etiquetas, de las fronteras en la música, es el componente básico para el amanecer de las bandas de metal alternativo de los 90. Bandas que entendieron esto tan bien y son reconocidas como grandes influencias para el nu-metal son Faith No More y Red Hot Chili Peppers.

Aunque a Mike Patton sudara de la escena chandalera (no solo Wolfmother han sido objeto de mofa), tiene que apechugar, le guste o no, de haber dejado una impronta imborrable sobre cantantes como Serj Tankian o Jonathan Davis, y por más que le pese, haber constituido una enorme influencia a través de su loca banda originaria Mr. Bungle en grupos como Incubus o los primeros Slipknot. Ese componente funk, esa disparatada receta llena de requiebros, explosiones y líneas de bajo sinuosas, que también desarrollaron Red Hot Chili Peppers, fueron los motores del sonido de discos como el debut de Incubus, Fungus Amongus, o la primera demo de los de Des Moines, Mate.Feed.Kill.Repeat, en los tiempos en los que se maquillaban en lugar de utilizar máscaras.

InfectiousGrooves
Los conciertos de Infectious Grooves son el engorile

Suponiendo que conozcáis a Primus, si queréis ahondar en estos campos tan poco serios del crossover vacilón, Infectious Grooves debería ser vuestra siguiente parada. El grupo que nació de la unión de fuerzas entre Mike Muir de Suicidal Tendencies y Robert Trujillo (sí, el mismo bajista actual de Metallica), es un todo un manjar para los amantes del rock con slapping en el bajo, una técnica que también acabaría cuajando entre los bajistas de grupos nu-metaleros, siendo entre todos Fieldy su profeta. Pocas formas de tocar te hacen sentir más jefazo (confieso que en mi adolescencia he llegado a slappear cualquier tipo de objeto que emitiera vibraciones, y mis preferidas eran las gomas de las carpetas).

En el año 1994 con estallido del nu-metal a las puertas, aparecen discos clave de la escena rapcore como por ejemplo el estreno del Orange 9mm, con su guitarrista proveniente del grupo de hardcore melódico H2O; Dog Eat Dog con su segundo disco All Boro Kings que contenía su flamante single Who’s The King?; y por supuesto Downset, quienes con su tercer disco homónimo eran capaces de fichar por una multinacional como Mercury Records. En años posteriores, con el estilo más consolidado y abierto a nuevas miras, aparecerían nuevos grupos que nos sorprenderían con verdaderos discazos, pero el metal marca Adidas iba paulatinamente ganando adeptos y lamentablemente acabó fagocitando este tipo de rapcore. Para otro día os hablaré de esas joyas perdidas del crossover de los 90, eso sí, no esperéis que os hable de Clawfinger.

 

Metal

Dimebag Darrell
Ensaladas de riffacos a cargo del bueno de Dimebag Darrel

“Escuchaba a algunas bandas de metal, pero realmente no tenía ni idea de lo que estaba haciendo” – Jonathan Davis

Si tenemos en cuenta que en los ochenta y a principios de los 90, lo que lo petaba en la música dura fuera el thrash-metal, no deberíamos sorprendernos de que los guitarristas de la primera hornada del nu tengan a Dimebag Darrel, Kirk Hammet/James Heitfield, Kerry King/Jeff Hanneman o Max Cavalera/Andreas Kisser como héroes. El mito del guitarrista fardón, melenudo y flipado seguía vigente y aún así, eso no tardaría en desaparecer.

Puede que la técnica desarrollada en las guitarras del nu nada tenga que ver con los principios del thrash, si bien el primero explotó la parte más groove de los riffs, y de hecho es posible que el groove-metal comenzara a denominarse así cuando los ceros y unos empezaron a copar las tablaturas a mediados de los años 90. Ganchos que incitaban al headbanging contagioso de temas como Territory de Sepultura o partes cadenciosas y aplastantes como el riff de Walk de Pantera no tardaron en convertirse en auténticos mazos como Davidian de Machine Head, y de ahí a doblar el espinazo y agitar las rastas solo hay un paso.

De esta forma, el virtuosismo técnico del metal de los 80, de riffs rápidos y solos apabullantes, dejaba de cobrar importancia —es posible que muchos sigan acachando sin razón esto como un hándicap al nu-metal— y el objetivo pasó a convertirse en ser contundente en los estribillos y sofisticado en las estrofas.

Gente como el propio Max Cavalera, además de llevar esta evolución del metal sobre sus hombros, no tardaría en servir como plataforma de promoción para las nuevas generaciones de alternativos. De verle en el vídeo de Roots Bloody Roots luciendo su camiseta de Deftones con el símbolo de Dickies o invitando a Jon Davis a susurrar sus traumas en Look Away a su transformación en abanderado del chándal Kappa y la creación de Soulfly como una versión más bestia del nu-metal con Fred Durst, Chino Moreno, Corey Taylor como artistas invitados pocos años median. Lamentablemente, algunos como él o los propios Machine Head parecen ahora renegar de un pasado que fue suyo, volviendo a sus raíces más metaleras que ya pocos trves osan aceptar.

Aparte del thrash, es posiblemente el rock/metal industrial el siguiente fertilizante de las ideas de los numetaleros. Encumbrado The Downward Spiral de Nine Inch Nails como inspiración básica para casi todos los grupos con un componente más oscuro, es seguramente el Soul Of A New Machine de Fear Factory, con sus riffs repetitivos, agresión sonora, atmósferas pesimistas, voces hoscas, arrebatos de ira, y por supuesto innovación, el mayor referente del sonido que habría de llegar.

Los trallazos que por aquel entonces se marcaban Ministry, Pitchshifter o Filter, y por supuesto unos grandes de ayer, hoy y siempre, Killing Joke, son imprescindibles para poder entender un género que poco tardaría en sacar a la luz todas estas filias electrónicas y mecanizadas, siendo uno de los primeros ejemplos el Strictly Diesel de Spineshank, o bien los desaparecidos Ultraspank.

 

Las guitarras de 7 cuerdas

“En el coche de camino hasta aquí, hablábamos de cómo fuiste una gran influencia para que quisiéramos tocar la guitarra y hacer música” James Shaffer (Munky, Korn) junto a Mike Einziger (Incubus) en una entrevista en Guitar World junto a Steve Vai.

Algunos podrían llegar a pensar que las guitarras de siete cuerdas son un artefacto numetalero del demonio cuyo único objetivo fue petarnos los oídos con ondas bien gordas y saturadas. Nada más lejos de la realidad. A poco que busquéis información veréis como estas guitarras fueron diseñadas muchas décadas atrás. De hecho, podríamos remontarnos al siglo XIX para tener los primeros diseños.

Lejos de buscar distorsiones y riffs contudentes, fueron los guitarristas de jazz los primeros en poner de moda este tipo de instrumentos. Realizaré una primera aclaración para los noveles: la adicción de una cuerda más en las guitarras tradicionales, las de 6 cuerdas, buscaba obtener sonidos más graves sin tener que renunciar a rango de notas.

Precisamente, la marca más reconocida entre los guitarristas del nuevo metal, Ibanez, fue la primera casa en producir estas piezas a gran escala. Este primer modelo en serie, la Ibanez UV7, se puso de moda en manos de un virtuoso como Steve Vai durante su gira junto a Whitesnake, y en 1990 ya empleó este modelo en su disco Passion And Warfare.

Si bien la figura de Steve Vai queda confirmada como pieza clave para su rescate, no menos importante es la revolución de un grupo como Meshuggah en el ámbito del metal a mediados de los años 90. El propio Stephen Carpenter quedó tan impresionado por la machacadora de los suecos que no tardaría en hacerse con una de estas guitarras para llevar más lejos la brutalidad sónica de Deftones. Fijaos como de fuerte debió pegarle que consiguió que la propia marca ESP le confeccionara una guitarra personalizada. La idea del diseño era clara: mantener la claridad y limpieza que necesitaba para los acordes de Deftones al tiempo que sacara todos los nuevos horizontes de brutalidad de su cabeza. ESP no solo le hizo un modelo, sino que posteriormente sacó toda una serie de guitarras con su nombre, las STEF, unas guitarras bellísimas que además han tenido un éxito total en muchos estilos de metal.

Stef
ESP LTD Stef Carpenter SC-337

Explicada ya la historia, a decir verdad las guitarras de siete cuerdas no han sido siempre un requisito para el nu-metal, casi un rasgo distintivo de grupos como Korn, pero sí podemos clasificar como impepinables las afinaciones graves de la sexta cuerda (generalmente en Re) que bien podían obtenerse manejando el clavijero de forma tradicional o bien utilizando guitarras barítonas de seis cuerdas especialmente fabricadas con estos criterios.

 

Pop y 80’s

Gary-Numan
Me siento incómodo con Gary Numan mirándome de esa forma

“Es la música con la que crecí, mientras que los otros miembros de Deftones, como Stephen, crecieron con Kiss, Iron Maiden y Van Halen. No es que no escuchara esa clase de bandas, pero lo que más oía era eso. Cuando en Deftones llegó el momento de hacer covers, dije: ¿podemos hacer algunas de las que me gustan?” Chino Moreno sobre Duran Duran y Depeche Mode.

Puede que fuera simplemente una jugada comercial, pero incluir una versión de algún clásico de pop de los 80 era casi un must have para cualquier grupo numetalero. Combinar las melodías identificables por el mainstream con guitarrazos, gritos y pogos, y si puede ser algún scratch, era prácticamente una receta de éxito.

Aunque Marilyn Manson seguramente destapara la caja de los truenos con su versión de Sweet Dreams de Eurythmics, muchos de los integrantes de las bandas a las que analizamos no dudan en remarcar a muchos grupos del pop de los 80 como influencias. Depeche Mode son prácticamente venerados por Deftones, Limp Bizkit o Slipknot, por no hablar de otro gurú de la mezcla del rock y los sintetizadores como es Gary Numan.

La actuación de The Cure en la gira de Disintegration de 1989, seguramente el disco más depresivo del grupo, fue el primer concierto para Chino Moreno, un chaval que por aquel entonces tenía 15 años, se vestía de negro, se pintaba la cara y se sentía el chico rarito de la clase. El poso que Robert Smith o incluso otros artistas todavía más ñoños como Duran Duran, y en general lo que viene a denominarse la escena New Romantic, acabaría saliendo a la luz no solo en la obra más nocturna de los de Sacramento, White Pony, si no que es un punto de partida obligado en su proyectos alternativos: Crosses y Team Sleep.

Aunque lejos —o más bien contrapuestos— a la estética de rockstar del movimiento glam/hair-metal, la ambigüedad, los looks andróginos, los maquillajes de grupos como New Order o Culture Club, proyecto liderado por Boy George, también guardan una fuerte relación con el puntito de tíos raros e inadaptados que han tenido muchos de los integrantes del movimiento que analizamos. Ahí están los gustos cybergoth de Coal Chamber, los propios Orgy —quién precisamente se hicieron conocidos por su versión de Blue Monday y muchas veces se adjuntan al género— y cómo no, la madre de todo travestido numetalero que es el guitarrista Wes Borland, quien siempre ha tenido un gran apego por la escena industrial y estos artistas ochenteros antes mencionados.

 

La escena española

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Puede que en España podamos sentirnos más castizos en otros ámbitos, pero en lo referente a la música, y especialmente en el metal, siempre hemos mirado para fuera y desde fuera han entrado siempre las nuevas corrientes artísticas. No obstante, como en todo, siempre han existido pioneros, gente que ha tirado mucho del carro y ha servido como ejemplo para otros más jóvenes que llegaron después.

La primera hornada de nu-metal español se retrasa hasta, por lo menos, el año 97 y 98, con Zero Records como principal fábrica de discos del género y Luis Tárraga, guitarrista de Hamlet, como uno de los primeros productores en los nuevos sonidos del metal alternativo en España. Por supuesto, fueron los propios Hamlet los verdaderos puntales de esta entrada de nuevos aires en territorio patrio, quienes ya en su Sanatorio de Muñecos de 1994 se empapaban del crossover callejero en temas como ¿Qué Voy A Hacer?, coqueteando con el rap y los riffs en palm-muting, que continuaría evolucionando en esa dirección con el gran éxito de Revolución 12.111, ejemplarizado por su famoso single J.F. (Jodido Facha).

Siguiendo con la fusión de rock y rap, sin duda son Def Con Dos uno de los grupos más relevantes entre los precursores del género en España. Sin haber sido nunca seguidor suyo, hay que reconocer la maestría de Strawberry y los suyos para marcarse una fresquísima —para aquel momento, estamos hablando de que Primer Asalto vio la luz en 1989— mezcla de rock y rap que arrasaba cualquier estamento social con críticas ácidas provenientes de su gran sentido de la ironía y sus certeras rimas. Aupados por el éxito en TV y Radio, Sindicato del Crimen fueron otros de los primeros proyectos de hip-hop en España en incluir guitarras. El primer trabajo tras la recomposición del grupo en 1994, Que Aproveche, aglutina funk, rock, metal y por supuesto, rimas con mucho más flow que en sus ortopédicos inicios.

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¡Hipotécate tú!

A un nivel mucho menos reconocido que los anteriores, y de forma más madura en lo que se puede denominar crossover, los barceloneses Afraid To Speak In Public sorprendían a principios de los 90 con influencias como Faith No More, NomeansNo o Today is the Day. Aunque como puntos negativos tenemos un inglés demasiado de andar por casa, la versatilidad de su propuesta y las genialidades en cuanto a las dinámicas y los cambios de ritmo convierten a sus tres discos en tres obras más que disfrutables, tanto ahora como en el momento que fueron vanguardia.

Otra de las cosas que siempre me llamaron la atención fue que en España siempre hubo una orientación muy clara del nu-metal a la subvariante que muchas veces se denomina aggro-metal, un palo más duro y directo y entroncado con el metal más tradicional. En este sentido es necesario nombras a los catalanes Ktulu como pioneros totales del género en nuestro país, y de los primeros en añadir elementos electrónicos y samplers a sus trallazos. Recuerdo que por aquellos momentos era difícil encontrar en nuestro país música más contundente que la de un disco como Orden Genético.

 

Otras influencias

Maynard James Keenan
Hola, soy Maynard J. Keenan y vengo del submundo

Por supuesto, me he dejado muchas piezas en el tintero y como ya apunté en un principio, la heterogeneidad de la escena propició una más que variada de fuentes de influencias que dependían ya no solo del grupo, sino de cada uno de sus integrantes.

Seguramente, entre todos los elementos del cajón de sastre fueran Tool. En una posición diferenciada frente a otras propuestas de rock progresivo y a años luz de otros proyectos de rock alternativo, el grupo liderado por Maynard James Keenan puede considerarse como otro de los mayores grupos de culto para cualquier nu-metalero y que no puede negarse en los todos los trabajos de Deftones, Chevelle, Boy Hits Car o Sinch.

El post-hardcore y el emo de los noventa es otro ingrediente importante también en grupos como Deftones. Compañeros y amigos en Sacramento, Far siempre fueron una referencia para Chino Moreno, así como grupos reconocidos: Helmet, Jawbox, Quicksand o Hum. Éstos últimos fueron una banda de Chicago mucho menos relevante que los anteriores citados, pero de la que se destila esa característica dualidad de pesadas cortinas de ruido guitarrero junto a esas voces que varían de los rangos más delicados a ciertas partes casi en slang, dominando un sentimiento general de calidez y romanticismo.

La excentricidad y pasión de System of a Down siempre se han asociado tanto a la música folklórica del Medio Oriente como a propuestas transgresoras como el último Frank Zappa, aunque otras de contenido más ortodoxo como Black Sabbath, siendo por cierto Ozzy Osbourne uno de los mayores apoyos que tuvo el un-metal gracias a los auténticos templos de del directo del movimiento, los Ozzfests.

Tankian-Zappa

¿Pobreza musical? ¿Moda pasajera? Como hemos visto pocos géneros musicales pueden enorgullecerse de haber aunado tantas corrientes musicales como el nuevo metal, al menos en su concepción. No negaré que el devenir del género, sobre todo a partir de los primeros años del presente siglo fue lastrado por la decadencia, la falta de ideas, el apego a la comercialidad y el auge de grupos clónicos que se limitaban a explotar las señas más identificables del género. A día de hoy ni los puntales de este estilo (si es que aún siguen en activo) consiguen sacar discos decentes, y otros, se encuentran tan alejados de sus coordenadas iniciales que nadie osa catalogarlos como tal.

 ¡El nu-metal ha muerto, larga vida al nu-metal!

Aquí tenéis una Lista de Spotify con muchos de los temas referidos en este post, y otros de bonus.