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Deftones – Koi No Yokan (2012)

Se dice que Koi No Yokan es un término japonés que hace referencia a una especie de presentimiento que se tiene al conocer a alguien y que nos presagia un futuro enamoramiento. Es curioso que Deftones hayan elegido este título porque gran parte de sus seguidores habrán sentido algo parecido en la primera escucha y esto no es solo por la calidad del material. Si tradicionalmente los de Sacramento ostentaban un estilo velado e inquietante, es palpable que la primera sensación de Koi No Yokan es la de la apertura. Deftones han liberado tensiones y las melodías impactan de forma más efectiva que nunca.

Swerve City se abre paso a machetazos de guitarra, un bajo despuntando en las estrofas y Chino Moreno con ganas de complacer a los oídos, dejando paso para que Romantic Dreams se marque un sobresaliente en cómo hacer una canción dinámica. Las canciones fluyen sin apenas discontinuidades o con nexos predeterminados, y tras el majestuoso Leathers —el gran high light del disco— nos topamos sin querer con un loops de palmas que nos lleva la vorágine de Poltergeist. Desde Around The Fur no recordaba un cruce de tal intensidad entre afiladas guitarras y las flácidas melodías de Chino.

Aunque si analizamos la evolución de Deftones veremos que esta ha seguido una línea coherente, es destacable que cada disco ha estado muy marcado por el tira y afloja entre la personalidad musical del guitarrista Stephen Carpenter y Chino Moreno. Aunque podamos situar a este trabajo en un lugar muy cercano estilísticamente a White Pony, la integridad entre ambas perspectivas consigue aquí una simbiosis perfecta al tiempo que, paradójicamente, se ha acrecentado la dicotomía entre las partes más livianas y pesadas. No hay más que escuchar a Carpenter sacando la máxima robustez a su reciente adquisición de guitarras de 7 y 8 cuerdas en temas como Poltergeist o Gauze, donde se revela más que nunca sus gustos por Meshuggah, para luego sorprendernos con una novedosa faceta preciosista en temas como Entombed o Goon Squad. Asociar post-rock a unos Deftones siempre tan personales puede sonar pretencioso, pero desde luego, no se puede negar que —quizás por la mucha y buena aportación de Chino a las guitarras—, éstas no suenen con más matices que nunca.

Llegados a Entombed ya estamos descolocados, no solo hay un juego de facetas, Deftones llevan experimentación más allá de lo conseguido con White Pony y el tema acaba sorprendiendo por un final en el que los teclados de Frank Delgado se imponen, consiguiendo unos aires muy dream-pop. Graphic Nature hace justicia a su nombre y nos devuelve la imagen de un cervatillo indefenso y vulnerable en un hábitat amenazador. Tempest por el contrario vira hacia referencias sugerentes, acuosas, custodiado por riffs pétreos: otro de los temas más inspirados. Rosemary refuerza esa sensación de apertura de la que hablaba. Un tema potente que es una súplica con las manos extendidas hacia el cielo. Goon Squad y What Happened To You? cierran de forma atípica, onírica, en una especie de pop semi-psicodélico.

Si tenemos en cuenta el universo sonoro que acabamos de atravesar en apenas 52 minutos, y que Deftones ha ampliado horizontes sin dejar de recalcar sus antiguas señas de identidad, el resultado no puede ser otro que el de tremendamente satisfactorio. Si no hemos sentido el koi no yokan, el amor a primera vista, lo más probable es que sea porque hayamos vuelto a renovar nuestro feliz matrimonio con Deftones.

Nota: 9

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9 / 10 stars