El que la música progresiva esté asociada generalmente a músicos virtuosos no quiere decir que debamos olvidar que, además de requerir un gran componente técnico, existan ARTISTAS capaces de dotar a su música de esa chispa de distinción frente al resto. Un ejemplo perfecto sería Devin Townsend, antiguo guitarrista y cerebro de Strapping Young Lad.
Después de nueve discos anteriores en solitario —se dice pronto—, Ki se configura como su trabajo cumbre, en el que convergen todos los elementos de trabajos anteriores, completamente liberado de las ataduras del metal o de cualquier etiqueta.
De esta forma encontramos temas completamente metamórficos como la deliciosa Coast, que se inicia con una parte de inusitada dulzura capaz de poner en paz tu corazón y que se desenvuelve hasta tensas atmósferas industriales. Y es que es llamativo como se dosifica lentamente la rabia metalera, como si fuera envenenándote poco a poco, como en Disruptr o Heaven Send, donde la intensidad va in crescendo y Devin acaba estallando en gritos de perro rabioso.
Otro tema destacable será Gato, con pesadas guitarras y una reiteración de agresividad que contrasta con una bella voz femenina. No obstante Devin se decanta más por un alejamiento de las raíces metaleras, como oiremos en Ain’t Never Gonna Win, Terminal —un auténtico salto a espacios ingrávidos y melancólicos —, o Winter, que realmente sopla como el gélido viento invernal. La nota de color a mitad del disco la pone indudablemente Trainfire, un híbrido entre rockabilly y furibundo metal progresivo.
Recomiendo encarecidamente a los que creían que el rock progresivo ya no podía sorprender.
A Monday Coast Disruptr Gato Terminal Heaven Send Ain’t Never Gonna Win… Winter Trainfire Lady Helen Ki Quiet Riot Demon League