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Doominical #054: El chico que sonaba exactamente como Layne Staley

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Mono – Nowhere Now Here

Los reyes del post-rock oriental vuelven con su ya décimo trabajo, e introducen pocas novedades en su fórmula de crescendos que derivan en momentos histriónicos de epicidad y emotividad. Quitando el detalle de que en el tema Breathe cuentan con un acompañamiento vocal, es un disco que cualquier persona que haya escuchado Mono se puede imaginar, donde sólo cabría destacar la reducción en la longitud de las canciones (sólo hay una que supere los 10 minutos) y una timidísima inclusión de sintetizadores. Pero a pesar de todo Nowhere Now Here atesora momentos con una fuerza que se sobreponen a su predictibilidad, y lo hacen bien merecedor de una escucha, especialmente para cualquier persona que alguna vez le haya puesto la piel de gallina alguna de las composiciones de la banda, seguro que con temas como Sorrow vuelven a repetir esa sensación.

Deerhunter – Why Hasn’t Everything Already Disappeared?

Tras un decepcionante Fading Frontier, pero con una discografía previa impecable, vuelve la banda liderada por Bradford Cox con formación nueva y tras un tiempo de retiro, lo que hacía presagiar un cambio de rumbo musical. Desaparece la desconcertante limpieza en el sonido de su anterior álbum, sin embargo nos encontramos lejos del nivel que los convirtió en una de las bandas más interesantes del indie de los 2000s. Why Hasn’t Everything Already Disappeared? tiene un aire dreamy lleno de sintes horterillas que encaja perfectamente con el estilo de Deerhunter, pero el disco resulta plano y hay pocos momentos que destaquen dentro de la actitud indolente que parece apoderarse de los temas. De todas maneras nos encontramos con un álbum hecho con bastante oficio, pero tras su escucha apetece repasar trabajos como Microcastle donde se despliega ese sonido poliédrico que tanto nos enamoró en su día.

James Blake – Assume Form

James Blake está enamorado, lo deja claro en Assume Form que es su disco más luminoso hasta la fecha. Seguramente sea un hito para James, pero es un trabajo aburrido y lastrado por unas colaboraciones que no funcionan (incluida una con nuestra superheroína Rosalía) y unos experimentos que rompen el intimismo que tan bien le sienta a James. Quizá el único tema que mueva algo por dentro sea Lullaby For My Insomniac, pero cierra el álbum y llega demasiado tarde. Toda una pena, porque James Blake marcó el camino a muchos artistas hace unos años, pero desde luego que no repetirá jugada con Assume Form.

Vídeo de la semana

Hace 25 años se publicó Dookie de Green Day y aquí os dejamos su famoso en Woodstock’94 (la chicha está por el minuto 30):