SuicideByStar

Dope Body – Lifer (2014)

Tú que consideras los 90 como una época dorada para la música alternativa. Tú que escuchas rock y tienes la sensación que todo suena cada vez más domesticado y previsible. Tú que comulgas con la música de calidad, no puedes dejar pasar Lifer, el último trabajo de este cuarteto de Baltimore llamado Dope Body.

El segundo LP de este grupo bebe de un espíritu hardcore-punk el cual me atrevería a ligar con una herencia post-grunge, ojo, si hablamos de esta etiqueta como una posible reformulación derivada de la rama engendrada por los más abrasivos Mudhoney, Melvins y los primerizos Soundgarden, o quizás en una forma cercana a Pulled Apart By Horses si remitimos a otros proyectos más coetáneos. En adicción, Fugazi o The Jesus Lizard son buenos complementos para definir este sonido maduro pero que aún así sigue sonando vigente.

Chutes de energía en vena

Los temas se mueven desde la distorsión y la potencia. El trabajo rítmico es impresionante y ya desde la intro advierte de lo que es capaz de hacer. El bajo —interpretado por un miembro de Roomrunner, otro interesante proyecto de rock alternativo ruidoso que aprovecho para recomendaros— goza de un sonido profundo que permite a la guitarra enredarse en crujientes efectos o bien sumarse en los potentes riffs, nunca previsibles. Por su parte el vocalista imprime de forma premeditada un tono dejado pero solvente, acometiendo en cada línea o fraseo diferencias de agresividad o impostación que favorecen el mantenimiento de una tensión y fuerza casi constantes.

El sonido de la honestidad

Uno de los mayores aciertos de este disco es su producción, la cual refleja muy acertadamente la naturalidad del conjunto, consiguiendo un sonido garajero pero potente que debería estar muy cercano al conseguido en sus directos. Lifer es un disco que te entrega la energía en bandeja. No es un discos de estribillos más allá de la magnífica Hired Gun, Rare Air, que son algunos de los mejores temas junto a Toy, pero los “ganchos” son constantes, memorables, surtidos y en ningún momento permiten al oyente dejar de prestar atención. Puede que Dope Body todavía batallen en diversos frentes y deban concretar su sonido, pero sus diversas influencias son un puente fuerte y si mezclarlas de esa manera tiene tan exitoso resultado, por muchos años nos sigan viniendo discos así.