Después de publicar el disco más representativo de su carrera, Gothic, Paradise Lost publica Shades of God, algo más dinámico y variado, finalizando su etapa más doom (son sin duda unos de los padres del death-doom junto a My Dying Bride y Anathema, AKA los 3 de Peaceville). Su siguiente disco, Icon, en el cual ya se ve un sonido más heavy, sentando las bases de lo que sería el denominado metal gótico, a mí personalmente me gusta más que toda su etapa más oscura y agresiva. Es después de este disco cuando se publicará Draconian Times, sin duda uno de mis preferidos de los ingleses (pese a que no tienen disco malo, y mi favorito va variando por etapas).
Este disco deja de lado las voces guturales al igual que Icon, aunque no por ello las vocales de Holmes son sosas o carentes de sentimiento, ya que pasan a ser uno de los puntos fuertes de la banda: un trabajo realmente emotivo, la voz de Holmes es profunda y potente, muy característica. Las guitarras cumplen a la perfección su cometido con enormes riffs y melodías, que aunque hacen el disco más accesible que lo que habían sacado anteriormente, no por ello baja la calidad. Hay también algún solo muy bien ejecutado, aunque en este punto me parece más destacable su anterior disco, Icon. En cuanto al apartado rítmico, me gusta mucho la producción de la batería, con muchos detalles interesantes que se aprecian con las escuchas. El bajo es el instrumento más discreto, bastante correcto aunque no tiene excesivo peso en las compsiciones.
En cuanto a destacar temas… es un disco que comienza en lo más alto con Enchantament, que tiene una intro para piano. Otros temas destacables del disco son The Last Time, Yearn of Change y Shades of God, por destacar solo 4 temas, ya que la calidad se mantiene en todos los temas, y no me parece que haya ninguno flojo o de relleno.
Terminada la palabrería, los que conozcáis este clásico no necesitaréis haber leído la reseña, y a los que no los conozcáis os recomiendo que lo hagáis ya mismo. Un enorme disco de metal dinámico y potente, con una alta carga de melancolía.
«Life is all the pain we endeavor».