Drudkh – Eternal Turn of the Wheel (2012)

La prolífica banda de black metal Drudkh nos ofrece su nuevo trabajo, editado bajo el nombre de Eternal Turn of the Wheel. Mucho dio que hablar su anterior disco, Handful of Stars, que si bien bajaba un poco el listón respecto a los anteriores, debido a una producción demasiado nítida y carente de la dureza que les caracterizaba propició un aluvión de críticas negativas. Fue bastante vergonzoso comprobar la gran cantidad de gente tiene unas opiniones bastante alejadas de la realidad sobre el género, más propias de un medio como Pitchfork que de alguien que haya escuchado a Drudkh con el más mínimo de atención. Pese a tener un sonido que podría recordar más a los Katatonia del Brave Murder Day (ritmos sencillos y meldodías más pegadizas de lo usual), las comparaciones absurdas con Alcest comenzaron a aparecer y se intensificaron tras de una desafortunada colaboración con Neige, carente por completo de ideas y con un protagonismo total del francés. Todo esto, que es algo que debería quedarse en lo mero anecdótico, por desgracia ha sido lo que ha marcado las pautas que Eternal Turn of the Wheel seguiría: la banda anunciaba una vuelta a los orígenes y a su sonido más crudo y primigenio. Como punto de partida, creo que es erróneo.

En lo estrictamente musical, Eternal Turn of the Wheel supone cierta vuelta al sonido de Autumn Aurora o Blood in Our Wells, especialmente en los medios tiempos y el uso de teclados, que tenían menos presencia en sus anteriores lanzamientos. Por el contrario, la contundencia y la visceralidad a veces presente en estos no se refleja tanto, aunque sí supone una mejoría en relación a Handful of Stars en cuanto a intensidad. La producción es algo más vibrante y agresiva, aunque lejos también de cualquier trabajo anterior a Estrangement, acentuando la impresión de que Drudkh retoman un sonido más blackmetalero, aunque una vuelta a los origenes propiamente dicha no es. El disco se trata más bien de olvidarse de los últimos dos años y retomar Microcoosmos con un enfoque más a medio tiempo, en el que debido a su escasa duración echaremos de menos muchas cosas. Entiendo que quieran vendérnoslo como una vuelta a las raíces pero me parece poco honesto, especialmente tras el resbalón ya comentado que fue Old Silver Key.

Que todos los discos de Drudkh son cortos, no es nada nuevo. Es más, todos los discos rondan los 40 minutos, pero en esta ocasión encontramos su trabajo convencional más corto: 36 minutos distribuidos en 4 temas y una introducción, en general menos extensos de lo que venían ofreciendo. Sin embargo, aquí encontraremos algo que no había ocurrido hasta ahora, y es que todos los temas piden a gritos algo más de desarrollo, especialmente el cierre con Night Woven Of Snow Winds And Grey-Haired Stars, cuya última sección da la impresión de cortarse de forma forzada y de poder haber sido casi un tema más. Es ciertamente frustrante que el escaso último minuto del disco se trate del momento más emotivo y épico, que no solo no termina de arrancar sino que hace de cierre. Por lo demás, nos encontramos un disco que si bien de primeras parece «un disco de Drudkh más», gana considerablemente en matices con las escuchas.

En definitiva, pese al planteamiento y las muchas carencias que tiene, la banda firma otro buen disco, al cual se le puede achacar demasiado continuismo con el sonido general que venían desarrollando hasta el 2008, lo cual no es necesariamente malo aunque empieza a notarse cierto agotamiento. Creo que a estas alturas de su carrera, y estando en un punto en el que el estancamiento es claro, deberían plantearse si sacar discos tan poco espaciados entre sí y de corta duración les va a seguir funcionando. Es hora de tomarse las cosas con calma y dejar que los temas maduren algo más. Un disco más extenso y trabajado a estas alturas le daría a su propuesta la rotundidad que poco a poco han ido perdiendo, por suerte en pequeñas dosis y no por completo. Lo que está claro es que Eternal Turn of the Wheel sabe a poco, más teniendo en cuenta que son ellos quienes han optado por seguir con la filosofía del «menos es mas».

Nota: 7.5