La ciudad de Portland, encuadrada en la llamada Cordillera de las Cascadas del noroeste estadounidense, ha sido desde hace tiempo cuna de una escena musical muy activa y variopinta; hogar de grupos míticos como Agalloch y joyas desconocidas como L’Acephale, de una incipiente y bulliciosa escena post-punk (de la que un día habremos de hablar en detalle) y también marco en el que ha crecido una corriente como la del Cascadian black metal, que ha puesto el nombre de esta cadena montañosa en boca de todos los aficionados a la música de Satán.
En relación (si bien tangencial) a este último movimiento aparecen un puñado de bandas que, reunidas en torno al sello Vrasubatlat, han convertido su actividad en un secreto a voces y sus obras, casi todas ellas limitadas al formato cassette (amén de a la distribución digital, eso sí) en ondas de choque dentro del panorama black metal norteamericano más underground. Sus cartas de presentación son un gusto por los confines más putrefactos del black y el death metal, una homogénea y cuidada estética casetera y una habilidad incuestionable para repartir ruido en píldoras de destrucción concentrada.
A continuación os presentamos un recorrido a través de Vrasubatlat, sus bandas y la música salida del agujero negro que se ha abierto en Portland.
Triumvir Foul
Triumvir Foul son sin duda el grupo que ha puesto a Vrasubatlat sobre el radar para la mayoría de nosotros; no son la primera referencia del sello (la demo de Serum Dreg se reserva ese honor) pero su LP autotitulado es la primera prueba fehaciente del horror cósmico capaz de ser desatado por este colectivo.
En su debut encontramos un trabajo superlativo de black/death metal, del tipo que sacrifica memorabilidad instantánea (aunque no exento de un puñado de riffs casi pegadizos) en pos de crear un disco que debe escucharse como un todo, con una producción prístina pero ni un ápice más pulida de lo que debería y que en ningún momento juega en contra de sí misma. No suele caber la comparación con una banda como Teitanblood por los varios niveles a los que operan por encima del resto de bandas del género pero en el caso de Triumvir Foul la densidad sónica y la sensación de premeditación con la que ejecutan su demente black /death, si es que esto tiene sentido, parecen tener como referencia directa a los madrileños antes mencionados.
Nueve temas que tienden a confluir en un todo coherente donde por encima de los momentos individuales que conforman los 40 minutos de este álbum está la atmósfera de opresión y olor a cerrado que Triumvir Foul conjuran.
Uškumgallu
Nuestra segunda incursión en el particular universo de Vrasubatlat es de la mano de Uskumgallu, otro de los proyectos tras los que se esconde un individuo conocido sólo por las iniciales de R.F, de nuevo como instrumentalista principal a las cuerdas y la voz. Hasta cierto punto el secretismo dirige las operaciones de Vrasubatlat, aunque no es complicado deducir que de entre todos los implicados, este R.F es sin duda el más musicalmente activo y quizás impulsor del proyecto y sus bandas, al asumir el papel de frontman en la mayoría de ellas.
Uškumgallu son, en comparación a Triumvir Foul, un giro hacia el black metal más convencional (esto es, desposeído en su mayor parte del componente death de los primeros). Una de las señas y puntos fuertes de Vrasubatlat es la identidad de cada banda: reconocibles, como cabe esperar cuando el nivel de endogamia es tan alto, como parte del colectivo pero heterogéneas y poseedoras de individualidad. En este aspecto Uškumgallu se desmarca del resto con unos rasgos propios que ahondan en un estilo de black metal que recuerda al de bandas como Arizmenda, lo que se refleja en unos ambientes marcadamente alucinógenos y empapados de cierto horror psicodélico, y poseedores también de la atmósfera y la urgencia de Ash Borer, todo ello condensado en temas de cinco minutos.
Si bien la andadura de esta banda comenzó solamente el año pasado, desde este pasado verano cuentan con un debut larga duración, Rotten Limbs in Dreams of Blood, que para varios de nosotros está llamado a ser uno de los discos de black metal de referencia de este 2016.
Utzalu
Con Utzalu nos trasladamos de nuevo a los confines del black metal, en este caso en la frontera con el punk. No es un proyecto tan desarrollado como los dos nombrados con anterioridad, en el sentido de que se encuentra aún en la fase de demos, pero cuenta ya con una pequeña discografía de tres casettes. A lo largo de ellos nos encontramos siempre con lo mismo: beats sencillos bajo guitarras crujientes cuyos riffs siguen las líneas primigenias marcadas por los noruegos Ildjarn, que siguen siendo la piedra Rosetta de la aplastante mayoría de bandas dentro del crossover black metal/punk. Los elementos propios son algo más de variedad a las baterías (tampoco mucha, y tampoco es difícil) y una dosis de la atmósfera agónica que emana del nombre de Vrasubatlat.
Dagger Lust
Dagger Lust mantienen las directrices punk de Utzalu pero subiendo de amperios hasta el 11 con un acercamiento troglodita al black/death que recuerda tanto al war metal primitivo de Blasphemy o Conqueror como al grindcore mostrenco de los Carcass del Reek of Putrefaction. Pero a diferencia de éstos, Dagger Lust prescinden totalmente de guitarras (solamente bajo, batería y ruído de sinte analógico). Es con esa base instrumental tan extremadamente minimalista que en ocasiones Dagger Lust suenan más cercanos al harsh noise con baterías que a black o death metal en el sentido más tradicional; con canciones de factura tan austera y agreste que parecen al borde de la desintegración completa mientras la banda machaca los instrumentos con un desenfreno cercano al trance.
Hasta este momento poseen en su haber dos demos, editadas este mismo 2016, que conforman aproximadamente media hora de asalto barbárico a base de riffs desposeídos de casi cualquier atisbo de melodía, baterías machacantes y un asalto vocal triple, feroz como pocos se han grabado. Más que cualquier otro de los proyectos del sello, Dagger Lust obvian cualquier atisbo de sutileza, y en lo simple de sus estructuras reside toda la fuerza adrenalínica de unas canciones que te levantan por el cuello con ojos inyectados en sangre.
Urzeit
El último nombre en nuestra mirada a Vrasubatlat queda, estrictamente hablando, fuera de lo que originalmente pretendía abarcar este artículo, porque técnicamente no es una banda del sello y nunca ha editado en él. Sin embargo el hecho de compartir miembros y distribución con el resto de las anteriores bandas hace que no queden fuera de lugar; y su relevancia viene avalada por su debut en larga duración, recientemente auto-editado por la banda y muy en la línea de black metal abrasivo y no-nonsense que nos ocupa.
Bajo el título de Anmoksha, Urzeit presentan diez temas situados en la intersección entre el sonido descarnado de Under a Funeral Moon, el black metal cacharrero y punk de los propios Utzalu y la melodía serpentina de Mizmor (con quien comparte vocalista principal y guitarrista). Entre sus grandes aciertos está el juego que da el tener dos vocalistas principales con registros vocales diferenciados, un recurso poco explotado en el black metal y que Urzeit aprovechan muy bien: el resultado es un disco de black metal estridente y desbocado que rehuye de sutilezas como las que a veces encontramos en Uškumgallu (es un decir) y que te escupe toda su furia en la cara desde el primer acorde.