Convidados al trigesimoquinto aniversario de Esplendor Geométrico, desde SBS, que nos gusta poco el industrial, sólo podíamos despiezarnos, cambiar los fluidos, descartar filtros y juntas viejas. Para remontarnos, apretando hasta la última tuerca con llave dinamométrica. Por nuestra parte no iba a faltar fiabilidad, ni a dejar de salir la producción.
En la antesala esperaba el artista Dive, que cumplió para ponernos a todos en temperatura óptima de funcionamiento, dejando buena impresión y ganas de indagar en su discografía, pero decepcionando como show en directo, porque ni siquiera nos conformamos con Justin’s and the Bassist, sea en la versión que sea, Godflesh o Jesu, pues un señor que viene, le da al play una vez y se limita a cantar encima de lo que trae grabado durante 35 minutos, pues no. Somos costras y proletarios, pero no comulgamos con ruedas de molino. Tampoco vamos a pedir a los one-band-man que sean todos tan solventes como Damien Rice, pero un poco de rigor y esfuerzo. Hasta el talento es prescindible mientras se te vea dar el callo.
La irreverencia y amor por escandalizar que EG consiguieron hizo que La Movida les diera parcialmente la espalda por ser demasiado radicales
Bien es cierto que esperábamos una factoría más castigada por el paso del tiempo, pero ni rastro de hollín, las antiguas calderas de carbón han sido reemplazadas por Tecnología Geotérmica. La calidad del aire es excelente, incluso diría que huele bien. Apenas trazas de radiactividad. Ni una sola pérdida de ácido corrosivo. El ronroneo sí es el de siempre, aunque atenuado y acelerado. Biela, sierra, martillo pilón, sirena, y cambio de turno. Determinado por la OPA de Front 242 a la antigua Industrial Records de Throbbing Gristle, el lavado de cara es muy apreciable. Apenas la irreverencia y amor por escandalizar con la que consiguieron EG en su día que la Movida los diera parcialmente la espalda por ser demasiado radicales. A día de hoy, pasar una noche aquí trabajando, es una experiencia 100% mainstream. Queremos valorar el esfuerzo de los obreros Lanz y Evangelista, pero hubiésemos agradecido en este XXXV aniversario, que cualquiera de los dos hubiera metido la pata y provocado un escape de gas envenenando a los presentes..