Fasenuova – Aullidos Metálicos (2016)

Fasenuova Aullidos Metálicos

Cuando un artista elige el camino que guía su inspiración (si es que ese camino no elige al artista), la abstracción de la realidad no solo se configura como una opción: es la forma más pura del arte. Abstracción que es símil de subjetivación, que a su vez es símil de buscar nuevos ángulos de la visión ante lo que nos rodea. Este objetivo de transmutar la realidad, de exponer su música como un perturbador universo sintético es algo que ha venido obsesionado a Fasenuova y ha marcado su discurso artístico desde su propio nacimiento; más incluso que el synth-pop y la electrónica de corte industrialoide que los 80 vomitaron y que sirven para definir los cimientos sobre los que se asienta su propuesta.

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El directo, entendido por Fasenuova

En un primer vistazo, Aullidos Metálicos podría parecer una maniobra estática dentro de las coordenadas anteriormente descritas por el dúo formado por Roberto Lobo y Ernesto Avelino, pero afirmarlo sería errar en el tiro, más cuando explícitamente el grupo ha expuesto su nuevo enfoque. Los ocho cortes que aquí nos atañen están formulados en base a la estructura que los asturianos entienden debe ser uno de sus directos: un paisaje sonoro en el que es más importante la gestión de los tiempos y las transiciones que la propia identidad de las canciones. En contraste con anteriores trabajos, en Aullidos Metálicos se hace patente un uso de los tiempos muy estudiado, que favorece zonas de menor densidad, la creación de tramos instrumentales, interludios, el juego y la gradación de sombras en las voces, y especialmente, una mayor sobriedad y coherencia como conjunto. Todo ello no resta brillo en las producciones, las cuales han pulido el sonido de las bases y los sintetizadores hasta niveles de filigrana sonora a través del notable trabajo llevado a cabo por un gurú del techno más dark: Óscar Mulero.

Distopía, surrealismo y decadencia post-industrial

Un paisaje sonoro en el que es más importante la gestión de los tiempos y las transiciones que la propia identidad de las canciones

El disco abarca una paleta extensa de tonos, desde los más alienígenas como Naves Desiertas a los más accesibles como Carretera Fluorescente; desde las partes más inquietantes y ambientales como Hell Angel o el corte que da título al disco, hasta los compases bailables y pop de temas como Bailas Perfectamente. En lo conceptual volvemos a ser transportados a un lugar atrapado entre la ficción distópica, el surrealismo y la decadencia post-industrial que inspiran las cuencas mineras asturianas y su oscura realidad social. Si bien en Salsa de Cuervo las letras parecían surgidas de un proceso espontáneo y casi improvisado, aquí los conceptos están más trabajados y perlas como un “volcán de la montaña sangrando un rubí con la sangre coagulada entre los labios” ejemplifican muy bien este cambio.

Fasenuova son ya un equipo experto en follarnos el subconsciente con su mesmerizante propuesta de electrónica industrialoide y aquí lo han vuelto a demostrar. Aullidos Metálicos se conforma como su trabajo más complejo e interesante hasta la fecha y supone un más que sobresaliente arranque del sello discográfico Humo (nacido de las cenizas de Discos Humeantes), al que le deseamos el mejor futuro posible.