Cinco han sido los largos y agónicos años que ha habido que esperar para la salida de Avifauna. Cinco años en los que las noticias sobre la banda han sido escasas y el futuro incierto, ya que aunque no es una novedad que la banda tiene compuestos al menos dos discos más que ya ha tocado en en varios de sus peculiares directo (o como ellos los llaman, «rituales», a la luz de las estrellas y de una fogata en mitad del bosque), se cree que Fauna ha entrado en estado de hiato en varias ocasiones. Esto, unido a multitud de retrasos (el peor el último, que ha aplazado la salida del disco desde diciembre del año pasado hasta hace escasos días) y al halo de misterio que envuelve el trabajo del dúo norteamericano, no es de extrañar que muchos perdiésemos la esperanza de que este proyecto llegase a buen puerto.
Para aquellos que no sean cercanos a la banda, creo que la mejor forma de entender su trayectoria sería hacer un paralelismo con sus compañeros Wolves in the Throne Room. Ambas bandas componen y graban principalmente como dúo. Practicantes de un black metal atmosférico de clara herencia del sonido de Weakling, aparte de editar su primer trabajo respectivamente en 2006, geográficamente se establecen en Olimpia y no solo mantienen una relación de amistad sino que probablemente sean de las pocas bandas que ha establecido una escena local. Esto luego degeneraría en la denominación «cascadia» que se da a todo el black metal atmosférico yanki, algo absurdo puesto que no deja de ser un adjetivo para denotar la procedencia de ambas bandas. No obstante, aparte de estas similitudes en cuanto a contenido, la actitud de ambas bandas frente a su música ha sido completamente opuesta. Mientras que Wolves in the Throne Room apostaron por abrir su sonido al púbico llegando a editar en una discográfica con cierto peso dentro el underground como es Southern Lord, Fauna se volvieron aún más reclusivos y su música fue editada en discográficas mucho más modestas. Mientras, sus rituales seguían teniendo una naturaleza mucho más local y aislada a diferencia de las extensas giras de Wolves in the Throne Room no solo por estados unidos sino también por Europa. En definitiva, Fauna no han alcanzado nunca una extremada repercusión en los medios, en parte porque su sonido es algo menos accesible que el de sus compañeros.
La sencillez casi por completo eléctrica del primer ritual de Fauna, de nombre Rain, dio paso al mucho más oscuro The Hunt, que coqueteaba con el drone y el ambient para generar extensos pasajes hipnóticos en los que la banda se recreaba en su peculiar ideología. Ambos grabados como un único tema de más de una hora con varios movimientos, nos dan una clara pista de nunca han puesto las cosas fáciles al oyente. En Avifauna, su tercera larga duración, se repite esta estructura de un único tema de gran extensión dividido en movimientos, aunque para la ocasión se han añadido dos interludios muy breves, probablemente para su adaptación al vinilo, un formato bastante más exigente con la duración y disposición de los temas. El sonido ambiental de The Hunt se deja de lado excepto en dichos interludios para dar lugar a una música con mayor presencia del folk que abría los primeros minutos de Rain, aunque la principal característica de Avifauna será una mayor complejidad de estructuras y cambios de ritmo. La instrumentación folk en esta ocasión se ve muchísimo más integrada en el conjunto en lugar de funcionar como mero introductor y compone algunas de las partes más bellas del disco. Por otra parte, el apartado black metal es mucho más variado, con un sentimiento mucho más melancólico y desgarrador que en sus anteriores piezas, especialmente gracias a unas voces rasgadas más trabajadas y emocionantes. De esta forma, tanto los momentos más rápidos y melódicos como los más cercanos al doom con medios tiempos más potentes se entrelazan con multitud de puentes y fragmentos acústicos a los que hay que añadir algún detalle de chelo y teclados, varias incursiones vocales (entre ellas un cántico de mujer en el movimiento denominado Syrinx) y en definitiva, esta complejidad de la que he hablado que aunque empezaba a entreverse en The Hunt, no terminaba de destacar entre el minimalismo que la banda profesaba.
Esto no significa que Avifauna sea radicalmente distinto a lo que venían haciendo o que destaque de forma negativa dentro de su discografía, sino todo lo contrario. De hecho, es un disco en el que la personalidad de la banda está más presente que nunca, de forma mucho más trabajada y en mi opinión superando lo que parecía increíble, pues tanto Rain como The Hunt se encuentran entre mis trabajos predilectos dentro del género. En otras palabras, Fauna han compuesto un disco en el que lo bello y místico se dan la mano con lo salvaje, forjando un disco para escuchar a oscuras dejándose llevar por ese sentimiento primitivo y atávico que tan bien han sabido plasmar en su música. Precioso desde el primer al último minuto.
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