El rock instrumental posee la ventaja de ir de la mano de la abstracción, mientras escuchamos una serie de acordes vamos desprendiéndonos de prejuicios que suelen ir acompañados a la música con voz. Timbre, idioma, letras… Existe una frase muy socorrida en la prensa musical, que más que un elogio, parece un menosprecio: “cualquiera diría que esta banda no es de…” Suecia, California, Manchester, la escena musical que uno prefiera. Que Fura sea una banda de un nivel excepcional, y de Mallorca, no debería sorprender a nadie. Ya se encarga la música de llevar al oyente al sitio que desee, sea real o imaginario. Como decía, las ventajas de la abstracción.
La primera larga duración de Fura comienza con una intensidad increíble, no hay ni un segundo para reaccionar antes de vernos envueltos en el juego de dinámicas y diferentes pasajes que nos proponen los mallorquines. La estructura de Belisari es un buen reflejo de la propia estructura del disco. Un inicio potente y arrollador, una parte central donde jugar con melodías y ambientes, y para concluir una aparente vuelta a la calma que termina con un último asalto de fuerza.
Efectivamente, las siguientes Omeia y Cornia pierden en revoluciones lo que ganan en técnica y coqueteos con experimentación. En ésta última encontramos una de las distintas referencias a otras bandas instrumentales que encontramos a lo largo del disco, culminando con un pasaje que recuerda a los Pelican más inspirados. Ushuaia supone el punto de inflexión, la aparente calma antes mencionada, un espacio para experimentar con texturas y efectos antes del claro “hit” del conjunto. Sibil-la (desconozco si se trata de una referencia al canto popular de las islas, recientemente declarado Patrimonio de la Unesco, con los títulos de las canciones instrumentales nunca se sabe) comienza con un tapping casi hipnótico, y va conformando su entidad a medida que se van añadiendo melodías e instrumentos. Otra vez más la intensidad es la protagonista del tema, recordando al aclamado III de Toundra, coros incluidos. La sombra de Juan Blas es alargada, y su labor de producción en el disco de Fura es impecable.
http://www.youtube.com/watch?v=P5UuDZh7CD8
Con Askja podría parecer que ya está todo dicho, pero ni mucho menos, con un desarrollo algo más complejo que las canciones del resto del disco, hacia el final de la misma Fura enarbola el estandarte y le da sentido a la palabra épica. Si hay que ponerle alguna pega a este homónimo, dentro de su evidente calidad, son quizás los ecos a demasiados grupos internacionales, que restan algo de cohesión al conjunto. De todas formas, mirarse en un espejo donde están las mejores partes de Pelican, Russian Circles o And So I Watch You From Afar no lo puede hacer cualquiera.