Giranice – Giranice (2011)

Giranice son un quinteto guipuzcoano que se estrena con un homónimo EP, y que han ganado cierta repercusión gracias a su tercer puesto en el XXIII Concurso Pop-Rock Villa de Bilbao, un evento de referencia a la hora de descubrir talentos ocultos en el mundillo undergound.

Su estilo puede definirse como post-rock muy versátil y presto a los cambios de dinámica, como demuestran en su gusto por marcados cambios de ritmo a los que, en un género como éste, no estamos tan acostumbrados.

Tras la intro, Thy Innocent Shall Suffer es la tarjeta de presentación con su cara más preciosista, lo que nos obliga a mencionar a Emerge como grupo nacional de referencia para situar sus coordenadas, mientras que el violín que perfila las melodías los sitúa en los terrenos más bucólicos de los japonés Sgt. Aunque Giranice puedan calificarse como un grupo fundamentalmente instrumental, aparecen buenas dosis de coros, que no consiguen cuajar del todo a pesar de contar con una producción muy trabajada y llamativa, que consigue crear nichos muy diferenciados para cada uno de los instrumentos.

En este tema y en Rapid Heart Movement, la percusión destaca por trabajar marcando hipnóticos redobles, al tiempo que vamos descubriendo la faceta más rockera del grupo, a la que gusta soltar la muñeca y sacar a flote las guitarras. La muestra perfecta la encontramos en el siguiente tema Admiror Paries Tenon Cecedise Ruinis Quia Tot Scriptorum Taedia Sustineas, con un final en modo “ascensión hasta el clímax” inapelable. Puede que el colorismo transmitido en la primera mitad se difumine en parte llegado el ocaso del EP, ya que es evidente que en temas como Gorriak Emandako Beltzak Zuritzen Giranice las partes más preciosistas ganan a las que buscan las texturas de las guitarras. De cualquier forma, The Dance Song nos devuelve a los terrenos más balsámicos a base de violín, loops minimalistas y una coda final cantada, mucho más centrada que anteriormente, en un estilo muy Clann Zú.

En definitiva, un grupo a destacar en cuanto al post-rock nacional, que si es capaz de limar asperezas y exprimir al máximo su potencial y su capacidad compositiva, conseguiría sin lugar a dudas un sobresaliente en la materia.