Godspeed You! Black Emperor (GY!BE a partir de ahora) quizás sean una rara avis dentro de lo que podríamos considerar el panteón de post-rock. Alejados de cualquier tipo de concesión comercial, los canadienses se ganaron el respeto de crítica y público con sus 3 primeros trabajos: F♯ A♯ ∞, Slow Riot for New Zerø Kanada y Lift Your Skinny Fists Like Antennas to Heaven. A pesar de que su propuesta puede resultar dura en primeras escuchas, ésta terminó calando a pesar de las largas y complejas estructuras de sus composiciones, las reminiscencias drone de algunos de sus temas y su gusto por el ruido. En 2002 la banda sacaba su último disco (el infravalorado Yanqui U.X.O.) antes de anunciar un indefinido descanso que ha dado como resultado una década sin material nuevo de la banda.
¿Y qué nos podemos esperar del regreso de GY!BE tras 10 años de silencio? Pues poca cosa nueva, lo cuál no tiene porque ser necesariamente malo. Y no digo poca cosa nueva porque el material aporte poca cosa nueva (que también), sino porque los dos temas centrales son temas que ya conocíamos de sus directos: Albanian pasa a llamarse Mladic, y Gamelan ha quedado rebautizada como We Drift Like Worried Fire. Por suerte para nosotros las versiones en estudio de los dos temas suenan bastante diferentes a cómo lo hacen en directo.
Mladic suena bastante menos folkie que en directo, y aunque aún tiene ese regusto a música balcánica, en estudio suena mucho más “GY!BE”. Un tema poderoso de atmósfera oscura, donde sobresalen la contundencia de las percusiones y las afiladas guitarras. El tema empieza ruidoso y va transformando el galimatías inicial en melodías y ritmos que se irán concretando y transformando a lo largo del tema, para dar como resultado una segunda mitad más accesible, llena de potencia que se termina resquebrajando en una ruidosa cacerolada. Un tema que gana enteros en su versión en estudio y que está a la altura de los grandes éxitos de la banda.
Pero si Mladic está bien, We Drift Like Worried Fire suena todavía mejor. El primero era un tema duro y oscuro, el segundo tema principal de álbum funciona como contrapunto. We Drift Like Worried Fire suena luminoso, y se despoja de cualquier influencia musical para ofrecernos un post-rock desnudo, y que demuestra que GY!BE dominan el género como pocos. Un desarrollo clásico culmina hacia la mitad del tema en un subidón emocionante y de gran belleza. Después de semejante catarsis, un solitario violín da paso a un pasaje tenso y de atmósfera claustrofóbica que no tarda en iluminarse para volver al aire optimista del tema. Las guitarras se aceleran deshaciendo cualquier connotación oscura y terminan de nuevo en una nueva catarsis con unos riffs sacados de cualquier hit de rock alternativo, para cerrar finalmente el tema de nuevo con otro mini desarrollo postrockero. Tres temas al precio de uno.
A modo de interludios (lo que la banda llama “drones”) se encuentran Their Helicopters Sing y Strung Like Lights At Three Printemps Erable, dos piezas ambientales que coquetean con el noise y el drone. No aportan mucho al disco y cuando uno termina su escucha, piensa que el espacio de estos temas podría haber sido ocupado con algo con más enjundia (por ejemplo con Hope Drone, otro tema que tocan en directo y que todavía no tiene versión de estudio).
GY!BE aprueban su vuelta con nota, a pesar de que quizás este Allelujah! Don’t Bend! Ascend! se haga realmente corto. Demuestran que su imaginario sonoro es lo suficientemente rico como para que no necesiten reinventarse para seguir resultando interesantes. Esperemos que no hagan falta otros 10 años para volver a escuchar a una de las bandas más interesantes de los últimos tiempos.