Sus nombres son Nick Cave, Warren Elis, Martyn Casey y Jim Slavunos, y no necesitan muchas presentaciones. Entre los dos primeros suman casi una centena de años, y hacen un rock’n’roll lleno de descaro, mugre, letras lujuriosas y excesos musicales. Como un trago de whisky a palo seco y sin hielo.
El disco tiene una tónica general de salvajismo y esquizofrenia como ya nos aventura Micky Mouse and the Goodbye Man, con un Nick Cave aullando como el lupino de la portada. La impactante rítmica y los bombeantes bajos de Worm Tamer siguen en este camino. Poco después baja intensidad, como en Heathen Child o When My Baby Comes, y surge un efecto hipnotizante y lascivo.
Tras la insulsa What I Know, llega otro tema intenso y sacudido que es Evil. No puedo evitar acordarme de Jim Morrison con Kichenette o de Rolling Stones en Palaces of Moztezuma. El cierre lo echa Bellringer Blues, idóneo por su psicodelia y experimentación.
No faltará quien haga comparaciones con su disco debut, pero no entraré en ello. Sí recalcaré que el nivel de las canciones sufre muchos altibajos, y se desinfla sensiblemente según traspasa el ecuador. Por lo demás, merece la pena disfrutarlo. No hay nada nuevo. Simplemente es rock’n’roll como siempre hubo de ser.
Mickey Mouse and the Goodbye Man Worm Tamer Heathen Child When My Baby Comes What I Know Evil Kitchenette Palaces of Montezuma Bellringer BluesApoyános
