Haji’s Kitchen – Twenty Twelve (2012)

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Tanto si ya conocías a Haji’s Kitchen en su primera vida, aquella que va de su primer disco homónimo en 1995 hasta su segundo trabajo Superpunch (2001), como si no —esta opción es más probable—, te va a dar lo mismo. Haji’s Kitchen son una banda completamente renovada, tanto en el plano estilístico como en de su formación, que tras un largo hiato han vuelto con un disco que supera cualquier expectativa sobre un género en total decadencia.

Cuando el nu-metal encontró al progresivo

De un pasado grungy y con ramalazos thrashers Haji’s Kitchen ha tomado un rumbo mucho más moderno: ha llevado el nu-metal al siglo XXI sin caer en la ya abotargada escena djent, con la que el grupo comparte el gusto por las guitarras barítona y los riffs sincopados. Como ya entenderéis, su estilo se basa en una instrumentación sobresaliente. Agresivos grooves, en conjunción con fastuosos shreddings en la guitarra dejan claro que si el género alguna vez estuvo reñido con la técnica, eso fue cosa del pasado. El bajo es uno de las piezas más impresionantes del grupo, y aunque en Day After Day las guitarras copan el tema clavando los típicos riffs machacones, el bajo es capaz de sobresalir y nos deja en el puente un virtuoso solo para recordar.

Daniel Tompkins, le conocemos de Tesseract

Otra pieza fundamental de la nueva formación del grupo es Daniel Tompkins. El que fuera vocalista de Tesseract da rienda suelta a sus dotes con su registro melódico que frecuentemente tira a momentos más ásperos pero sin llegar al rasgado. Define The Line puede ser uno de sus mejores momentos del disco, básicamente por facturar un estribillo sensacional que me recuerda a los viejos tiempos de extraordinarias bandas ya desaparecidas que mezclaban el metal alternativo con pasajes progresivos y exóticos como Boy Hits Car.

Siddharta, el tema progresivo perfecto

Tras siete temas que se hacen cortos, no podía ser de otra forma: el grupo ha dejado el mayor trozo de carne de Twenty Twelve para el final: la monstruosidad progresiva de Siddarta, un tema instrumental de 8 minutos y medio donde el grupo da rienda suelta a las mayores fantasías. Huelga tener que describir este gran tema, por lo que es mejor que directamente lo escuchéis.

¿Se hace corto? Pues insistimos

Es posible que el grupo considerase que el disco se hacía muy corto para ser un LP (46 min), o que aportaba poco para presentar su regreso tras muchos años de hiato — hay que tener en cuenta además que tres de los primeros temas ya estaban además reciclados de su participación en banda sonora de Dragon Ball Z en 2003— pues decidieron incluir un set de los mismos temas pero en formato instrumental y fuera de la masterización del resto del disco; una decisión que dudo que aporte algo, pero que no quita para que Twenty Twelve sea una de las mayores sorpresas de 2012 y de la que en poco tiempo tendremos sucesores. De hecho, Haji’s Kitchen ya han subido alguna demo de lo que será su siguiente trabajo en este año.

Nota: 8