Los hermanos más bastardos del metal industrial ya tardaban en dar señales de vida. Concretamente, más de 4 años desde el lanzamiento del pantagruélico y exagerado Zwanzwig Zwölf, disco con el que daban su particular visión de lo que iba a suceder realmente con la profecía Maya que tenía que ocurrir hace un par de meses: La banda terminaría tocando en uno de los templos de la ya extinta civilización en la fecha adecuada, y ese edificio revelaría su verdadera función sólo entonces, convirtiéndose en una nave espacial que se llevaría al grupo de tour por el universo.
Los habituales a las paranoias sci-fi-germanófilas-hiperbólicas del dúo nos frotábamos las manos con la nueva entrega que se avecinaba. Queríamos explosiones, guitarras pateando traseros inmisericordemente, escuchar de nuevo a Vas Kallas usando el imperativo germánico, naves espaciales surcando el hiperespacio y demás.
Born To Be Heiled condensa la esencia de la carrera del grupo desde Über Alles. Su sentido del humor y todas sus filias llevadas al límite, adornado con uno de esos giros que te dejan el culo tan torcido, y que en ellos parece ser la norma. Si Scheissmessiah era su disco heavy metal y Zwanzwig Zwölf era Über Alles puesto de esteroides, este nuevo trabajo de los Neoyorkinos es su disco hard rock.
Así que para la ocasión, han decidido apropiarse de la imaginería de los sonidos setenteros, de las motocicletas, la grasa, las autopistas de 4 carriles, de la chulería y las chaquetas de cuero. Y, las cosas como son, no queda mal mezclado con su particular querencia por ser más alemanes que los alemanes.
A nivel de sonido se nota la bajada de pistón en la mayoría de temas, excepto en esa patada en los testículos llamada Der Furor. Aunque abundan los guitarrazos, es un disco que recuerda mucho a lo que hicieron en Scheissmessiah. Menos electrónica y ruidos bombásticos, y más solos, en este caso, de puro hard rock, sazonado con sus habituales samplers (esos mismos samplers que les han valido calificativos como ‘nazis’) y con alguna otra excentricidad (para lo que viene siendo ellos, claro).
Y aunque a Hanzel und Gretyl habría que declararles ya mismo Patrimonio Terrestre a Exportar al Resto del Universo, también hay que decirles que este disco no es tan redondo como se podria esperar de ellos.
Born To Be Heiled sufre los mismos problemas que ya tuvieron con su experimento heavy. Fuera de las coordenadas del metal industrial hormonado y los riffs abrasivos, parece que les cuesta hacer canciones redondas como hits anteriores tipo Third Reich From The Sun o Stern Krieg. El disco, hasta que Der Furor no te despierta, es tirando a plano, monótono, sin nada que destacar. Y a partir de ahí, momentos puntuales que basculan entre sonidos más típicos (Holy Shiza), marcianadas como Movin’ To Deutschland (ojo a la armónica, al banjo sintetizado y al rollete Outlaw) o el divertido experimento electrónico del cierre, More German Than German.
Al final, ni chicha ni limoná. Hay buenas ideas, algunas bien llevadas a cabo, otras no tanto, pero en general parece que no han sabido imprimirle esa energía que si desbordaba su predecesor. Pero claro, luego escuchas las letras, ves los títulos y joder, siguen siendo Hanzel und Gretyl en el fondo. Y eso mismo hace que, al final, seas benevolente con ellos. Aunque luego termines pinchando por millonésima vez Über Alles.