How To Destroy Angels – Welcome Oblivion (2013)

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Una de las pegas que en su momento tuvieron que afrontar How To Destroy Angels, después de anunciar su formación y lanzar el primer EP, fue tener que lidiar con aquella sensación de estar escuchando una continuación de los últimos Nine Inch Nails, los de Year Zero en adelante. Claro que cuando eres Trent Reznor y acabas de finiquitar durante una temporada a una de las bandas más importantes de las últimas dos décadas, resulta imposible evitar que se hagan comparaciones, y de cara al compositor, es inevitable no tener cierto modus operandi, un sonido característico.

Welcome Oblivion tenía que disipar las dudas sobre muchas cosas: ¿Son HTDA un proyecto a tomarse en serio? ¿Dejaría la alargada sombra de Reznor de ocultar que en ese grupo participan, además, su mujer Mariqueen Mandig y su fiel escudero Atticus Ross? ¿Dejarían de sonar tan a Nine Inch Nails como en el debut?

Pues no, no a casi todo. How To Destroy Angels no logran sobreponerse a la papeleta de ser considerados unos NIN 2.0 (con estrógenos), pero es que tampoco parecen tener ninguna convicción para salirse de esa odiosa comparación. Y tampoco le ha hecho mucho favor a la banda que casi al mismo tiempo que publican el debut, Reznor anuncie que revive a Nine Inch Nails para una gira y un más que posible disco nuevo. Imagino que Mariqueen, después de semejante jugarreta, le obligará a dormir una temporada en el sofá.

Lo mejor que podemos decir de Welcome Oblivion es que, al menos, no molesta. Como disco de electrónica con regustillo industrial, recurre a todos los clichés de los que ha hecho gala el omnipresente y omnipotente Trent Reznor en estos últimos años, esa sensación que transmite de venir reciclando ideas desde que publicó aquellos descartes en un doble cd llamado Ghosts I-IV. La accesibilidad de algunos estribillos (Welcome Oblivion, Too Late, All Gone o How Long?, a la postre, junto a la acústica Ice Age, lo más potable), el buen trabajo de Mariqueen a las voces (que hace que cada vez que Reznor abra la boca den ganas de decirle ‘cállate, que lo estropeas’) y el acercamiento al trip hop de muchos pasajes, evitan que uno caiga en el tedio más absoluto, pero no salvan el resultado final.

Más allá de esto, no hay mucho que rascar. Un debut demasiado largo, que quiere abarcar más de la cuenta y que en su segunda mitad cae en picado, abusando de trucos de perro viejo que todos conocemos, que ya no nos sorprenden. Seguramente, Welcome Oblivion logre engatusar a más de uno, a aquellos que ahora alucinan con el Reznor que compone BSO, el nuevo gurú de la música moderna, pero mientras sea con discos así de inocentes, aquí en esta Santa Casa llamada Suicide By Star le negaremos tres veces.

Nota: 5.5

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