SuicideByStar

Japandroids – Post-nothing (2009)

Para esta primera intervención en Suicidebystar estuve sopesando diferentes opciones. ¿Pongo en calidad de viejuno del lugar un grupo de cierta trayectoria o uno actual? Finalmente, tras mucho meditarlo (no, en serio, no tenía nada que hacer esa tarde hasta que empezara el concierto de Nueva Vulcano, que por cierto tienen nuevo disco) opté por lo actual y por supuesto, por un grupo que no sea exactamente del rollo que prima en el blog, que de eso ya dan cuenta los administradores, digo yo.

Así que vamos al grano y rapidito, Japandroids son un grupo que lo está petando en una corriente nueva en el indie que reivindica el ruido, en la que podemos meter a Wavves, No Age o Titus Andronicus. Llámalo garage, llámalo noise-pop, llámalo post-hardcore, llámalo shitgaze… total, ellos mismos parecen mofarse de las etiquetas con el título del disco y la portada en la que aparecen en una pose bastante poco seria insertada en la típica plantilla de disco de revival post-punk. Pero vaya, que para quién tenga un oído puesto en el indie-rock noventero sólo diré un nombre al que suenan como al 80%; Superchunk. Aunque ellos dicen que no les habían escuchado, por supuesto.

«Post-nothing», debut de este grupo -en realidad es un dúo que sólo toca guitarra y batería- es corto, fresco, ágil, de guitarras abrasivas, sucísimas y certeras, que encuentra en «Young Hearts Spark Fire» o sobre todo «Wet Hair» sus mejores momentos. Otros como «Rockers East Vancouver» y «Crazy/Forever» dejan hueco para un poco de aire rockero y creación de ambientes, mientras «Heart Sweats» juguetea con rasgos hip-hop sobre el colchón de distorsión que domina todas sus canciones.

En «Sovereighnty» tenemos un gran ejemplo de las progresiones de guitarra tan melódicas y distorsionadas del indie-rock y qué decir de la absolutamente sublime «I Quit Girls» cuyo emponzoñado riff se come a la gran mayoría de las bandas de drone creando una adictiva base para una emotiva canción y gloriosa despedida.

En fin, que hay revivals y revivals y mientras dure el de los 90 hay que aprovecharlo y no precisamente para enfundarse camisas de cuadros. El menos es más vuelve a estar de moda, la antítesis del virtuosismo vacuo y los rebuscados conceptos. Canciones directas y acordes básicos, pero ruidosos. Eso sí, no se olviden que esto es como los discos de versiones; si les gusta, «cómprense» el original. Un «No Pocky for Kitty» u «On The Mouth» quedarían bastante bien en su carpeta de música.