En SBS hay muchos fans de los grupos de Justin Broadrick: Godflesh, Final, Pale Sketcher, etc. La carrera de Justin está llena de proyectos que atesoran una enorme calidad. Por eso no podíamos dejar de comentar el nuevo trabajo de uno de sus proyectos más celebrados: Jesu.
Aunque siempre siguiendo una línea muy característica, el sonido del grupo siempre ha ido evolucionando firmemente a lo largo de los múltiples trabajos que conforman su discografía. De las pesadas guitarras de sus inicios y de los temas de drone “accesible” con atmósferas asfixiantes, hasta sus últimos discos más luminosos y con una mayor apertura hacia la electrónica han pasado muchos discos y ligeros cambios que han desembocado en lo que es Jesu hoy en día.
Cómo decíamos antes, esta evolución siempre ha mantenido una línea bastante característica, con temas de evoluciones lentas, que se suelen recrear en atmósferas muy particulares y cierto regusto shoegazer en las guitarras. No dudo que la mayoría de fans de Justin podrían reconocer al grupo escuchando un pequeño fragmento de cualquier canción suya. Por eso, esperar que a estas alturas Jesu iba a apartarse de esta línea en este Ascension es algo altamente impensable. Y, efectivamente, así ha sido.
Ascension no deja de ser otro disco más que da una nuevo pequeño giro al sonido de Jesu, sabiendo mantener ese delicado equilibrio presente en su discografía. De nuevo, sin grandes cambios, consigue que las nuevas canciones no suenen a más de lo mismo a pesar de su carácter continuista. Los lentos riffs siguen ahí, la particular voz de Justin alargando las palabras también. Las atmósferas melancólicas continúan envolviendo las composiciones, pero a veces resplandecen detalles de positivismo que deshacen la niebla que parece apoderarse de las canciones.
Y a pesar de todo esto, de mantener ese sonido tan “Jesu”, hay momentos para la sorpresa. Momentos dónde Justin parece querer pasar por su peculiar universo sonoro el indie noventero. Sólo hay que escuchar Sedatives, que con su ritmo de batería y sus riffs ejecuta ese pequeño giro del que hablamos hacia terrenos hasta el momento inexplorados en su discografía.
Ascension es Jesu en estado puro, tanto para lo bueno como para lo malo. Sigue con su perezosa evolución que sabemos más o menos por dónde nos llevará pero que, por suerte, siempre da lugar a agradables sorpresas.