Jonah Matranga -You’re All Those Things and Then You’re None (2012)

No sé si es necesario obviar las presentaciones a Jonah Matranga o bien emplear un folio entero para hacerlo. Lo más práctico sería definirle como un artista tenaz como pocos —con más de una treintena de trabajos en los últimos 20 años—, compositor, cantante y guitarrista, conocido por liderar a los Far que dieron a luz uno de los mejores discos de rock/emo de los 90 como Waters & Solutions así como por otros proyectos, bien en solitario (bajo su propio nombre o el de Onelinedrawing), bien acompañado (New End Original y Gratitude).

Lo que Jonah Matranga nos ofrece en este nuevo disco es una nueva entrega de canciones llanas y humildes, con una austeridad que ya viene implícita en sus letras, que reivindican un estilo de vida sencillo, que goza de las pequeñas cosas y que no necesita “un coche lujoso s, ni siquiera uno nuevo” como espeta en Sweet Life. Tendremos temas guitarrreros, melódicos y directos como This Is Who I’m Gonna Be, o Just Died In The Air Tonight que suena a clásico total de Matranga, aunque predomina la faceta más acústica y tierna como en Happy-hee, Roots o You Belong To Me, y que utilizan loops sintetizados que parecen aumentar la sensación de que nos encontrarnos en un mundo sencillo y diminuto.

En definitiva, canciones de música pop-rock, escasas de adornos, pero con sustancia y con un concepto un tanto especial: contener dos versiones del tracklist, una en la que Jonah Matranga interpreta en solitario las canciones, y otra en la que colaboran sus fans y amigos. Las colaboraciones se realizaron durante 2010, y más tarde, Jonah mezcló las pistas, consiguiendo, aportar a dicha toma alternativa —además de una mayor profundidad a su sonido con coros, percusión y otros instrumentos de acompañamiento—, un toque bastante más colorido y jovial.

El resultado es más que satisfactorio, por dos motivos. En primer lugar, Matranga sigue haciendo buenas canciones aunque se torne más paternalista y entrañable que nunca —corear temas como Sweet Life o Full of Wonder producen una sensación de paz y vuelta a la sinceridad sin caer en el ñoñismo— y en segundo término, simplemente por tener éxito al sacar adelante un proyecto de tal envergadura, y que busque un nuevo valor añadido a su propuesta.