Después de su inclusión en nuestro especial del VI Aniversario de SBS dedicado a las bandas con declives musicales más vergonzantes, poco queda por desentrañar sobre el vertiginoso descenso de Korn desde la categoría de banda pionera y revolucionaria hasta la de banda mediocre. Siguiendo estos principios, podría haber condenado a este disco al ostracismo más absoluto, guardado en un apartado lejano de mi memoria que me evite hacer recordar cuanto llegué a disfrutar con su música, pero he preferido enfrentarme al disco y de alguna forma racionalizar mis fobias.
Canciones sin cara y sin alma
El problema de The Paradigm Shift es el estar escrito sin ideas y con torpeza, que a poco que da buenas sensaciones, éstas se diluyen con desarrollos anodinos y estribillos pre-fabricados. Todo carece de rostro, de pasión. No quiero dar a entender que Jon tenga que volver a llorar entre bambalinas como en su primer disco, pero seguro que hemos escuchado canciones de Katty Perry con más sentimiento que esto, en serio. Lo más lamentable es que Korn pretende camuflar estas canciones pop sin inspiración con diversos riffs gordos en temas como Punishment Time, que al final solo quedan en una anécdota.
La creatividad en horas bajas
La pólvora se gasta en los dos primeros temas. Podemos salvar las buenas intenciones y la actitud de Prey For Me y el siguiente tema Love & Meth, por tener el mejor estribillo del disco (a pesar de esos cutre-sintetizadores que tanto abundan en el disco y que proliferaron en los 90 al mezclar el numetal con el industrial). A continuación se derrama el listado de temas insulsos, arreglos horteras (todavía algún restos de dubstep) y unas guitarras que, en contra de lo que podíamos esperar tras el regreso al redil de Brian ‘Head’ Welch, dan lugar al momento de menor inspiración en la carrera del grupo. Paranoid and Aroused, que tiene algunos atisbos de mayor dinamismo en la instrumentación acaba convirtiéndose en un tema horrible, pero claro, en cuanto a horropilantismo se lleva la palma Never Never, el primer single del disco, sin un solo fraseo de guitarra decente. Básicamente una canción infantil.
Pitada y pañolada
Con un final de disco que solo no remonta si no que echa más leña a la hoguera del desastre (ahí queda la power ballad Lullaby for a Sadist y el horroroso tema final Tell Me What You Want), Korn han firmado un nuevo hito en la decadencia de su carrera. ¿Es posible que Korn todavía no hayan tocado fondo? Es posible, pero todavía hay incluso margen de empeoramiento.