Recta final a los Tops de 2015.
10. Oneohtrix Point Never – Garden Of Delete
| El alumno aventajado de Aphex Twin se ha repasado bien el temario de música electrónica y en los recreos ha completado su currículum con unas lecciones de neurología: lo que este Garden of Delete le hace al sistema nervioso no tiene otra explicación. Algunos de los pasajes musicales más locos de 2015 están dentro de este segundo LP de Daniel Lopatin, un carrusel de batidos de neuronas que puede patrocinar nuestras peores pesadillas y sueños más tranquilos a partes iguales. |
9. Faith No More – Sol Invictus
| Pese a que las primeras impresiones del retorno de Faith No More eran un poco ambiguas, el tiempo se ha encargado de demostrar lo equivocados que estábamos en Suicidebystar. Resulta obvio decir que Sol Invictus no es el mejor disco de Faith No More, pero sí es un trabajo que demuestra cuán necesarios son todavía grupos con su carisma, originalidad y coherencia. |
8. Metz – II
| La segunda referencia de METZ viene a demostrarnos que su aclamado debut no era flor de un sólo día. Cargados de distorsión y una batería de los mejores riff que se han visto en este páramo que es noise rock, el trío de Toronto reinventa los arquetipos de bandas seminales como Shellac o los primeros Nirvana, con los que se han sido comparado muchas veces. En definitiva un gran avance en su corta carrera que sólo esparamos que siga como mínimo con este nivelazo. |
7. The Body / Thou – You, Whom I Always Hated
| Decía Fran Perea que 1 + 1 son 7, y eso se puede aplicar a lo que han conseguido Thou y The Body con su You, Whom I Have Always Hated. Ambas bandas cuentan con unas carreras más que notables, pero que juntos han parido uno de los discos más memorables que nos ha dejado el doom en los últimos años gracias al equilibrio entre la sobriedad de Thou y las excentricidades de The Body. |
6. Mutoid Man – Bleeder
| Cada vez que suena el riff inicial de Bridgeburner mis cervicales se ponen en tensión, listas para la que se avecina. Bleeder es una fastuosa orgía de riff-tras-riff que lo mismo se pasea por el heavy clasicorro que se postula a premio stoner del año, mientras te va pateando el trasero inmisericordemente. Un disco tan adictivo que lo raro es no volver a darle al play una vez se ha terminado. |
5. Big | Brave – Au De La
| El día que Asbestosdeath y servidor descubrimos a Big|Brave nos sentimos sucios, muy sucios. A base de noise, post punk, post rock y dosis exactas de drone, este trío canadiense nos ha volado la cabeza con su tercer álbum, Au De La. Lo más parecido que puede haber a zamparse una enchilada de cemento armado. |
4. Deafheaven – New Bermuda
| Pocos discos han provocado tanta expectación en el planeta metal como la vuelta de Deafheaven, y estos han sabido resolver la papeleta con nota. New Bermuda sigue la senda aperturista de Sunbather sin traicionar sus raíces trves, y los constata como una de las bandas más relevantes del metal actual. Nos queda Deafheaven para rato, y hemos de brindar por ello. |
3. Health – Death Magic
| No hay duda, Death Magic es una de las sorpresas del año. Pasar de una oda al ruidismo tan excitante como Get Color, a los ritmos electro-ochenteros con aristas del nuevo disco es tenerlos muy bien puestos. Y no sólo por el cambio de registro, además es que el resultado es bueno de narices. Death Magic es una pequeña maravilla que nos muestra lo mucho que mola el EBM y el Synthpop más agreste, bailable y sin complejos. |
2. Algiers – Algiers
 | En un género tan conservador como el soul no son nada frecuentes las propuestas que intenten innovar radicalmente. Loable es por tanto que Algiers hayan decidido hacerlo —y con éxito— yendose a las antípodas del género en busca de inspiración. Haciendo uso de la electrónica y una dosis elegante y mínima de ruido industrialoide, este grupo -ojo, álbum debut- nos traen el disco de soul mas oscuro que hemos oido en años. Un gospel visceral y trágico, acompañado de una percusión tribal y envuelto en una niebla post punk. |
1. The Soft Moon – Deeper
| A The Soft Moon se les conocía por ser una máquina perfectamente engrasada de hipnótico y vibrante post punk que poco a poco ha ido incorporando sonidos más industriales a su repertorio. Con Deeper demuestran que esa influencia adquirida no es un pasatiempo, sino la consecuencia lógica de un camino trazado previamente. Un disco impecable que nos enseña que los viejos clichés de un género muerto pueden ser su mejor virtud para sobrevivir. |
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