Hoagascht se presenta como una de las primeras sorpresas de este año, la novena larga duración de la banda de origen bávaro Lunar Aurora, que tras el parón que les supuso estar inactivos entre 2006 y 2011 vuelve con un sonido completamente renovado. Lo que nos venían ofreciendo desde Elixir of Sorrow (2004), disco que hace de ruptura entre su primera y su segunda etapa, era un black metal con un sonido moderno que equilibraba a la perfección la aspereza propia del género con una pizca de melodía que les daba un sonido más melancólico que rabioso, sin caer nunca en la artificialidad ni en producciones vacías e inocuas. Más orientado a las guitarras que a los teclados de su anterior etapa, la banda conservaba un gran componente ambiental que recaía especialmente en unos elegantes sintetizadores como no he escuchado en otra banda de black metal. No obstante, tras 5 años apartados era de esperar que nuevas ideas germinasen y la banda decidiese darle un nuevo enfoque a su música, que sin bien no era necesario (todos sus discos rozan lo magistral) no les ha salido nada mal.
En Hoagascht los germanos abandonan casi por completo los tiempos más rápidos y brutales para centrarse en los sintetizadores, los medios tiempos más rítmicos y un sonido más ambiental y melódico, más primario e incluso sencillo, que se funde con las espectaculares atmósferas que serán protagonistas a lo largo de todo el disco. Hoagascht atrapa gracias a sus múltiples grabaciones naturales, sus murallas de guitarras distorsionadas y los increíbles teclados que le dan al conjunto una cantidad de detalles abrumadora. La integración de estos últimos elementos le otorga al disco una curiosa organicidad que no creía posible hasta la fecha con esta combinación de elementos: siempre me he posicionado como un claro detractor de darle tanta presencia a los teclados en el black metal, que en la mayor parte de los casos por desgracia se limitan a ensuciar la música con una sensación de falsedad y antinauralidad, como si de un fondo de cartón piedra se tratase. Lunar Aurora sin embargo han demostrado hasta la fecha una exquisitez para utilizarlos en su justa medida y con un sonido bastante acertado que se aleja radicalmente de los constantes bodrios y abusos del black metal más sinfónico. Este buen hacer se refleja también en las baterías, que pese a ser programadas están perfectamente grabadas y no dan esa sensación de mecanicidad electrónica que en muchas otras bandas desgraciadamente sí aparece. Todos estos elementos se unen gracias a unas vivas y crujientes guitarras, confiriendo al conjunto esta naturalidad tan característica de la que ya he hablado cuando se funden como un todo las distorsiones de unos elementos con otros. Quizá por buscarle un defecto, las voces, raspadas y agresivas en todo momento, podrían haber estado mezcladas un poco más bajas, aunque no son molestas para nada.
Poco se puede destacar de los 8 temas que dividen los aproximadamente 50 minutos que dura Hoagascht, todos los temas rozan un nivel excelente que hacen que el disco llegue incluso a parecer corto, aunque sin duda el momento más impactante del disco y el cual nos hace inmediatamente prestar toda nuestra atención a lo que vendrá después sea la introducción de Im Gartn, el tema que abre el disco. Sobre un sonido de sintetizadores frío y evocador se oye a un hombre recitar en un dialecto bávaro (en el cual están escritas todas las letras del disco) para finalmente entrar con las guitarras eléctricas y la percusión en un riff memorable, un tema para mí imprescindible que demuestra la rotundidad de la propuesta de Lunar Aurora.
Es posible que haya quien prefiera la violencia y cambios de ritmo de sus anteriores entregas. Yo mismo, y pese a la excelente calidad de Hoagascht, lo considero un peldaño por debajo de sus obras magnas, Andacht y sobre todo Elixir of Sorrow. Lo que a mí no me cabe duda es que estamos ante un disco sobresaliente de una banda con una clara inquietud por no repetirse y a la vez mantenerse fiel a su propuesta, ya que pese a ser un disco más melódico y ambiental dista muchísimo de ser un disco fácil u obvio. Probablemente uno de los mejores discos que nos va a dejar este 2012 de una banda que se consagra por novena vez como un estandarte del mejor black metal europeo, una delicia para los amantes del género.