Machine Head – Unto The Locust (2011)

Cuatro años han pasado desde el último trabajo de Machine Head, tiempo de sobra para meditar y preparar su próximo álbum entre gira y gira. Unto the Locust lleva por nombre y sus sensaciones son parecidas a The Blackening.

Parecidas, pues sus canciones suelen ser elaboradas, de larga duración, con grandes momentos de guitarra, coros y con unos tintes bastante épicos… pero en conjunto me ha parecido un disco mucho menos sólido. Esto es debido a que tras la cuarta canción, con Darkness Within, el disco rompe estrepitósamente. Baja el ritmo y también el nivel del disco sin llegar a ser remontado en lo que queda del mismo.

Vamos por partes. El trabajo en guitarras me parece espléndido una vez más, este grupo siempre me ha parecido uno de los creadores de riffs más demoledores que se pueden oír en el metal alternativo, y lo siguen demostrando en temas como Be Still and Know o This is the End. La batería y el bajo llevan el ritmo de maravilla. La primera demuestra una amplia gama de recursos que no la hacen nada repetitiva, buen manejo en platillos, timbales, bombos… y el bajo crea una atmósfera grave de fondo que se puede apreciar en cualquier parte del disco, muy buen trabajo en este instrumento. Robert Flynn volverá a utilizar similares registros de voz que en The Blackening, lo cuál me parece una buena noticia.

El problema en Into The Locust lo encontramos en su composición en conjunto. Al principio el grupo parece superarse a sí mismos, van directos a la yugular con temas como I Am Hell (perfecta para dar comienzo a sus conciertos de las próximas giras) o Be Still and Know (para mí la mejor del disco), y después el grupo se vuelve más clásico, con aires muy rockeros y componen temas como Darkness Within o Who Were Are y sus coros infantiles, bastante alejadas de lo que oíamos al principio del álbum y que nos muestran unos Machine Head bastante desconcertantes. Por si no nos había quedado claro, en la versión de coleccionista (que es la que podremos oír aquí mismo) nos añaden un par de temas, versiones de Judas Priest y de los prog-rockeros canadienses Rush, además de Darkness Within en acústico.

No quiero decir que estos últimos temas sean malos, Darkness Within me resulta pegadiza y algún tema de este rollo no habría estado nada mal, pero este trabajo me tiene bastante descolocado y no para de recorrerme la idea de que hubiera sido un grandísimo disco si hasta el final nos hubiéramos encontrado con el mismo nivel que al principio.