Érase una vez un bicho de tres patas que a golpe de fértil verborrea, letras ácidas e inteligentes y una exquisita técnica instrumental se abrió camino entre hordas de grupos patrios con aroma punk empecinados en seguir cociendo en el puchero los mismos ingredientes rancios. Desde sus cafres inicios hace 20 años el grupo nos ha deleitado con discos soberbios, refinando su sonido a poco y convirtiéndose en una de las bandas de fetiche de un buen sector de SBS . Es por ello, y por los prejuicios a los que se suele someter a este grupo (típicamente calificado como grupo cutre, chorra pero graciosete, nada más lejos), por lo que nos sentíamos obligados (remem0rama, S-G y psichoboy) a hacer un repaso de la trayectoria, a modo de homenaje, de Mamá Ladilla.
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Directamente A La Basura (1994)
https://www.youtube.com/watch?v=vtg-FHia9pc
No parecía que el grupo tuviera grandes expectativas cuando le dio título a esta grabación en directo realizada en el año 1994 en la madrileña sala Gruta 77. Los palos y las críticas llegaron. Cómo no iban a llegar en un costroso trabajo de punk rock con tono humorístico y un desmedido componente soez en las letras. Aún así la abyecta cinta grabada únicamente como medio de difusión al público cumplió su objetivo más allá de toda expectativa. La cinta pasó de mano en mano, a puñados de 10 o 15 por amigo, grabada mil y una veces, empeorando el ya de por sí mediocre sonido inicial, y el milagro del boca a boca volvió a suceder.
En esta maqueta Mamá Ladilla dejaban los puntales básicos de lo que serían las claves de su éxito: espíritu 100% punk dentro y fuera, temas escatológicos y humor inteligente por doquier. ¿Cómo no iba a casar esto a la perfección con la rebeldía adolescente?
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Arzobispofobia (1996)
Gracias a la buena acogida de la maqueta, el grupo empieza a crearse su huequecito en el rock español. El mayor número de conciertos hace que el grupo gane cierto renombre y consiguen que una discográfica les acoja para crear su primer LP: Arzobispofobia. ¿Cómo empieza el disco? Con eructos. ¿Como sigue? Con una inspirada combinación de letras irónicas y guarrerías que son solo el germen de la genialidad que adquirirán en posteriores trabajos. En el disco hay leña para todos, no dejan títere con cabeza. La iglesia, los padres protectores hasta la náusea, la guardia civil u otros temas a los que puede darse una misma respuesta: «Coño, dejadnos un puto rato en paz». Mención especial para el tema Chanquete Ha Muerto, el primero de la actualmente larga lista de himnos del grupo.
Parece que quizás no estábamos ante el típico «grupo de graciosillos». Este trío-engendro tenían potencial. Y si no, citando a los propios Mamá Ladilla «si no te mola lo que estoy cantando ¿para qué cojones lo estás escuchando?»
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Naces, Creces, Te Jodes y Mueres (1998)
“¿Por qué el disco se llama Naces, Creces, Te Jodes y Mueres si luego no sale esa canción?”, preguntaba un seguidor al grupo a lo que éste respondió: “Eso es como unos que se llamaban Nirvana, que tranquilitos lo que se dice tranquilitos no estaban”.
El trío produjo su tercer disco con bastante hype interno. Los conciertos cada día eran más exitosos —por fortuna mi primer recuerdo de un concierto de rock fue precisamente ver a Mamá Ladilla en este tiempo— y una discográfica filial de Sony se interesó por ellos. Sorprendentemente eso no les restó un ápice de causticidad en sus letras ni suavizaron su personal rock. Con Naces, Creces, Te Jodes y Mueres, el grupo comenzó a imponer su legado de enseñanzas para la vida, ya que si me lo permitís, es posiblemente la mejor afirmación filosófica condensada en frase. Varios discos después, puedo decir sin miedo a equivocarme que Mamá Ladilla tienen una frase perfectamente adaptada a cada aspecto de la realidad cotidiana. Yo sigo ese camino del Tao.
“Aquí estamos otra vez con un puñado de letras guarras” reza el inicio del disco que nos atañe, un Arzobispofobia 2.0, posiblemente el disco que más horroriza a tu madre de toda la discografía. El grupo conserva su estilo, puliendo y perfeccionando los detalles —los últimos coletazos de la costra aparecen en Ya Tardas, Bastardo—, despachando himno tras himno: el cuñadismo garrulo del Sancho Panza del Rock, la entrañable balada gastrointestinal de Pobre Principito, la infantilmente lujuriosa Primavera, y así hasta llegar al culmen de Hijo Puta, la transformación de El Mesías de Haendel en reinvidación colectiva contra los chorizos.
Con este disco, el dúo Juan Abarca/ Llors ha alcanzado un grado de compenetración y complementariedad perfecto. Si Abarca se desvela como un guitarrista versátil y técnico, en las antípodas del clásico guitarrista punk —de hecho, es licenciado en guitarra clásica—, y el látigo que despecha las envenenadas letras que brotan de su insatisfacción personal, el bajista Llors es el contrapunto perfecto de garrulez y swing, el perfecto corista, capaz de interpretar mil personalidades distintas y con un groove al bajo perfecto. Ferro arma todo el conjunto con un trabajo a la batería impecable, efectivo y ortodoxo.
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Requesound (1999)
Tras un cambio de discográfica (no se cumplieron las expectativas comerciales de BMG), Mamá Ladilla volvió a la carga con Requesound, el sea posiblemente su disco más completo y perfecto hasta la fecha. En primer lugar la producción mejoró con un gran salto cualitativo y las guitarras —y esto lo confirma el propio grupo— fueron más cuidadas que nunca. Temas como Pastel gozan de unos riffs partecuellos y otros como ¿En Que Puedo Ayudar? fijan nuevos umbrales de agresividad y oscuridad en el sonido del grupo al tiempo que se refina y da forma a su estilo instrumental. Lejos queda ya de ese enfoque efectivista de los inicios que a veces catalogábamos como punk-rock. En Requesound hay pianos, buenos arreglos, se utilizan frecuentemente compases truncados, más propios de una concepción progresiva de la música, enfoque que tiene en Mi Nave Mix su obra cumbre: un combo de suites que comienza con un desternillante collage hecho de retazos de petardeo español y acaba machacándonos con una amenaza de armas nucleares.
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Power de Mi (2001) / Analfabada (2002)
Tanto en Power de Mi como en el posterior Analfabada el grupo realiza un nuevo viraje en su sonido. Aunque algunas canciones siguen siendo retorcidas instrumentalmente, los temas son ligeramente menos agresivos y dejan a un lado las complejas guitarras para dar un acompañamiento más melódico a las letras. Porque ahora las letras se convierten totalmente en el protagonista de la película y la instrumentación asume el papel de reforzador del mensaje.
Un mensaje que para empezar se ha enriquecido con un lenguaje mas cuidado que nunca. Las letras de Juan Abarca se llenan de figuras literarias, juegos de palabras, o incluso canciones extravagantes en que solo se usa una vocal o que son una simple sucesión hilarante de palabras como son El Vergel del Edén y Risión Cumplida. Por otro lado las letras abandonan ligeramente esa crítica a los politicos, a la iglesia y a esos «grandes males» que amargan a la sociedad para centrarse en el análisis cínico de la propia sociedad. Lo mundano, el día a día, las relaciones sociales proporcionan un nuevo compendio de situaciones que todos habremos vivido o viviremos algún día y que se añaden a las ya tratadas en anteriores discos. Los abusos laborales de Acoso Sexual, el típico personaje que se cree el puto amo de Pablito Clavó Un Clavito o la multitud de temas que se tratan en Cosas Que Joden, Fornicio Mix o Esos Sí Que Son Punkis.
Con estos dos últimos discos Mamá Ladilla se erigen ya totalmente como los filósofos que apuntaban a ser. Un grupo que paradójicamente puede ayudarte a superar un mal momento con sentido del humor o hacer florecer tu frustración e impulsarte a cometer algo atroz.
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Autorretrete (2005)
Autorretrete sigue los pasos marcados por sus predecesores Power de Mi y Analfabada en líneas melódicas y líricas. Esta senda continuista estaba todavía lejos de demostrar signos de desgaste o cansancio, y se quedó en otro disco repleto de melodías efectivas y letras que navegan entre el absurdo más descacharrante y la genialidad más absoluta. Y aunque Camino De La Ruina sea el ejercicio más serio (y porque no, también más bonito a su manera) a nivel lírico que jamás había parido la banda, todo lo que viene después, desde la la orgía de latinajos de Cunnilingus Post Mortem y la escatología de El Mofeta Elías, hasta la ducha de testosterona de Janfri Güein o la particular crítica social de Me Avergüenzo, todo es Mamá Ladilla en estado puro, sin aditivos que alteren el conjunto, con lucidez y mordiente. Y tampoco se puede pedir más. Autorretrete tiene ese equilibrio entre lo de siempre y lo bien hecho tan difícil de conseguir, sustentado por un trío sólido como un coprolito y preciso como un reloj suizo en muñeca de banquero de pelo engominado.
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Jamón Beibe (2010)
El hecho más destacable de Jamon Beibe es la pérdida del magnánimo bajista y showman que era Llors —a pesar de ello hay algún featuring suyo realmente estelar en el disco— y su reemplazo por el Tío Calambres (ex-Super Skunk). Puede ser que por ello Jamon Beibe es posiblemente lo más flojo de su discografía, donde se saca a flote todo un repertorio con canciones de listón no muy alto, con temas ya clásicos como las ácidas críticas a la masiva llaneza e ignorancia popular que abunda por tierras patrias, al tiempo que se ahonda en esa obsesión de Juan Abarca por buscarle los tres pies al gato al castellano. Así, tenemos una retahíla de palíndromos en el cuidado libreto de 90 páginas del disco, o bien el genial tema Melodías Imposibles que explora el lenguaje sexual rozando la gastro-sodomía.
Desde entonces el grupo no ha publicado ningún trabajo nuevo, estando los esfuerzos de Juan Abarca más centrados en su proyecto de versiones Engendro, con el que ya ha grabado 3 discos, su colaboración en el proyecto Dislexia, con el que publicó en 2012 Luz Azul, y a su reciente aventura en solitario, La Caja De Nada (2012). Eso en la parte musical, puesto que como el mismo se define, «escritístico», editó en diciembre de 2011 su primer libro Dios Es Chiste. Aún así el grupo sigue pisando los escenarios con asiduidad, por lo que os recomendamos encarecidamente que si visitan vuestra ciudad y no les habéis visto nunca en directo, no desaprovechéis la oportunidad.
La última noticia del grupo fue el anuncio de la salida del grupo de su bajista el Tío Calambres y su sustitución por Sergio González, antiguo miembro de Wild. Habrá que ver cómo se integra el nuevo miembro en el grupo, y si el futuro depara más trabajos de Mamá Ladilla. Así lo deseamos nosotros.