Si tenemos en cuenta afinidades y gustos, tengo que reconocer que Nothink nunca me calaron tanto como me debieran haber calado, pero desde el minuto uno Minor Empires me dejaron una gran impronta. ¡El disco va a ser enorme! Pensé tras el primer adelanto, y así ha sido mi opinión, una vez escuchado al completo, del debut de este proyecto formado de las cenizas del trío madrileño —Juan Blas a la guitarra y Miguel Peñas a la batería— al que se le han sumado el ex-guitarrista de Toundra Víctor García-Tapia y el guitarrista-cantante de Moonich, ahora reconvertido en bajista, Javier Seisdedos.
Su sonido, básicamente un rock alternativo que puede permanecer inmutable sin importar el año en que nos encontremos y muy parejo a lo que venían haciendo Nothink, ha sido avivado por un fuego y una profundidad que a todas luces parte de los músicos anexionados. Las canciones fluyen con facilidad, pero a la vez gozan de un poso sofisticado y velado que entronca con esa habilidad de Víctor para el post-rock de texturas y arpegios.
Pero si hay algo con lo que Minor Empires se deben de llevar de calle al oyente es con el reparto estribillos sensacionales que bien en temas como Linsey pueden caer al lado optimista y pop de grupos como Bullitt —de hecho su cantante Xavier, colabora en el tema Drones—, y en otros, como Numbers —su videoclip con imágenes de la penosa historia de catástrofes humanas no hace sino potenciarlo—, ponerse más graves y nubosos a una zona en la que vienen a mi mente propuestas como la mezcla de prog y rock alternativo de los australianos Cog o, palabras mayores, a Tool.
Otros años no ocurre lo mismo, pero la cosecha de material nacional este año está siendo excelente. Minor Empires han comenzado su andadura con el pie derecho, y solo hay que pedir dos cosas: que tengan una larga vida, y que el público les dé el éxito que merecen.