Gracias al ciclo de conciertos “Los Imperdibles de San Miguel” el pasado 26 de octubre la gente que estábamos por Madrid con ganas de música en vivo pudimos disfrutar de una alternativa al promocionadísimo concierto de Coldplay, y nada más y nada menos que con una de las bandas más influyentes que ha parido el rock en los últimos años: Mogwai.
¿El lugar? Un hueco entre dos escaleras del Palacio Vistalegre bautizado como Sala San Miguel. A pesar de que lo horrible que pueda sonar la anterior frase, la verdad es que la nueva sala es un sitio “estiloso” (no tienen palmeras ni otros adornos horteras que parezca que estas viendo un grupo en un puticlub barato) dónde la calidad del sonido fue bastante notable. Sin llegar al lleno, el porcentaje de aforo completo fue bastante alto, por lo que pudimos disfrutar del concierto sin muchos agobios.
¿El telonero? El elegido fue el ex-Super Furry Animals Gruff Rhys. Un servidor no conoce mucho la carrera de este escocés, ni si tiene tanto renombre como para hacer lo que le de la gana encima de un escenario, pero su directo me pareció una tomadura de pelo. Con su rollo “freak”, sus loops, sus samplers y su teclado de juguete intentó defender unas composiciones que sonaron huecas y artificiales, casi nada que ver con su sonido de estudio. Supongo que iría con Mogwai durante toda la gira, pero se me ocurren al menos un par de bandas madrileñas que encajarían mil veces mejor como teloneros suyos. Seguro que vosotros sabéis también a que bandas me refiero.
¿Y Mogwai? Por suerte, nada que ver con Gruff Rhys. Te podrán enganchar más o menos en estudio, pero es en directo donde los escoceses despliegan toda su fuerza. Con un setlist algo atípico (faltando temas habituales como Mogwai Fear Satan) y centrados en su Hardcore Will Never Die, But You Will la banda fue de menos a más (siendo su “menos” ya un nivel inalcanzable para otros grupos), demostrando que lo suyo está muy alejado del post-rock más típico y les gusta más tirar de ese rock lleno de ideas que tanto predican en sus últimos trabajos. El sonido en general estuvo bastante bien (al principio un poco desequilibrados los graves) y las proyecciones del grupo acompañaron perfectamente a los temas dentro de su sencillez.
El in-crescendo que fue todo el concierto llegó a la catarsis con los temas previos a los bises: Ithica 27/9, Like Herod y una potentísima Batcat, demostrando que son capaces de enlazar temas de manera magistral, aunque estos estén sepultados bajo capas y capas de ruido. Quizás supo a poco el cierre con We’re No Here (sonó estupenda, pero rompió un poco la progresión en intensidad de concierto), pero en general el concierto de Mogwai fue sobresaliente, superando las expectativas de un servidor y demostrando que el culto que les rodea está totalmente justificado.