Es muy fácil sentirse decepcionado en la primera escucha de Rave Tapes. Mogwai siempre han sido una de las bandas con más nervio del post-rock, por eso sorprende lo plácido que resulta su último trabajo. Muy centrado en sonidos sintéticos, el disco está lejos de resultar una rave al uso como indica el título, sino que parece querer reinventar el concepto mediante temas de ligeras atmósferas nocturnas. El término rave está ligado a trasnochar y descubrir cuando ya amanece que la noche ha llegado a su fin sin darnos cuenta. A su manera Mogwai evocan esas mismas sensaciones pero desde un punto de vista más melancólico y ajeno a lo festivo, siendo la banda sonora perfecta para horas en vela en casa ocupado con cualquier asunto absorbente.
El concepto de Rave Tapes lastra el sonido del disco resultando un disco bastante homogéneo, sin sobresaltos y que suena la mayor tiempo como un gran tema largo. Las guitarras apenas piden protagonismo (salvo contadas excepciones como Hexon Bogon) cediendo casi todo el protagonismo a los sintetizadores, elemento que hasta ahora se había asomado casi con pudor al sonido de Mogwai y que ahora resultan ser dueños absolutos de los temas. Hay pocas cosas en Rave Tapes que se fije en la memoria salvo la tríada que cierra el disco: Blues Hour (a mi gusto lo mejor del disco), No Medicine for Regret y The Lord Is Out Of Control, tres piezas maravillosas producto de lo Mogwai más sensibles.
No creo que Rave Tapes indique una nueva tendencia en el sonido de Mogwai, salvo que es la enésima confirmación que estos chicos están de vuelta de todo. Quizás estamos ante el disco menos memorable de su carrera, pero sin duda tras varias escuchas sin prejuicios se descubre como un disco interesante con unas atmósferas tan delicadas como especiales.