Nadja – Dagdrøm (2012)

He de reconocer que soy el primero que rehuí en un principio de este género o conjunto de bandas encuadradas en el llamado drone, y aun hoy solo unos pocos grupos o álbumes consiguen interesarme realmente. Este nuevo trabajo de Nadja no solo es uno de ellos si no que me ha sorprendido como no esperaba. El dúo canadiense, como banda estandarte del drone, representa totalmente las características del género, es decir, lentitud, densidad, distorsión y ruido, aunque es precisamente en los pocos discos donde menos abusan de esto último cuando en mi opinión el grupo realmente brilla. Dagdrøm es uno de esos discos.

Dagdrøm es una pequeña desviación en el rumbo de Nadja. Encontramos un sonido más cercano al shoegaze que al noise o al doom, esto significa un sonido menos agresivo de lo normal y más fácil de escuchar. La voz de Aidan Baker, aunque ya aparecía en trabajos anteriores adquiere en Dagdrøm más importancia. El denso muro sónico y la distorsion ambiental sigue presente y, de hecho, es la base de todo, pero tratada de forma más ligera y con el acompñamiento vocal —que suena lejano y distorsionado por la bruma sonora— da lugar a un sonido de una belleza que, por las caracteristicas del género, parece dificil de alcanzar.

Los habituales huracanes de ruido han acabado y ha quedado en su lugar una especie de espesísima bruma de polvo y estática. Largos pasajes minimalistas e hipnóticos —en parte por la impresionante colaboración del batería de The Jesus Lizard— consiguen llegar a emocionar sin apenas variar durante minutos y hacen que este disco que, ¿por qué no decirlo?, son cincuenta minutos de ruido, se haga corto. No voy comentar cada tema por separado ya que todos comparten un mismo sonido y forman un todo sólido pero no puedo resistirme a recomendar que al menos se escuche el tema Falling Out Of Your Head, donde mas queda patente la accesibilidad del disco y siendo un pasaje que me ha maravillado. De lo mejor que he escuchado en mucho tiempo.

Quizás los fans más acerrimos del grupo se echen las manos a la cabeza —y SBS es un cubil lleno de ellos— pero diría que Dagdrøm no es solo uno de los mejores discos experimentales del año si no el mejor disco de la banda. Los canadienses han dado con la tecla para reconducir y dosificiar toda su potencia hacia una música que es algo más que ruido.

Nota: 8.5