SuicideByStar

Necro Facility – The Room (2007)

Hola a todos. Me voy a presentar. Mi nick es Psichoboy, y esto que leeis será probablemente la mejor parte de este texto con el que me estreno en esto de las colaboraciones en el blog de SBS, al que tengo el orgullo de seguir desde que sus componentes se hermanaron con otra gran web llamada Terror Industrial hace unos años. Eran otros tiempos y Trent Reznor todavía tenía algo de criterio, aunque ya se le estaba empezando a terminar, y entre Terror Industrial y SuicideByStar se tendió un pequeño pero firme puente con el que compartíamos la romántica idea de expandir la cultura y hacerla accesible a todo aquel que quisiera acercarse a ella. Claro que lo que en SBS y Terror Industrial se entendía por cultura podría emparentarnos con el sadomasoquismo, las pinzas en los pezones y electrodos en los testículos para la mayoría de la gente, pero de ahí lo bonito de esta propuesta. Y es que como bien dijo un sabio que probablemente no cobrara derechos de autor por la frase al no existir en ese momento las leyes propicias, De todo hay en la viña del señor.

Bien, ya que formalmente no pertenezco al staff tendréis la suerte de no tener que aguantarme mucho y muy a menudo, así que mi estreno espero sirva de homenaje a esa unión suicida-industrialera que he mencionado antes. Aunque en este blog se han colgado algunos discos de electrónica y me consta que algunos de sus miembros tienen conocimientos sino amplios, mayores que la media, me he decidido por algo que espero guste y sirva para descubrir una cosa nuevo. Ahí voy:

Necro Facility son un dúo Sueco – trío hasta la espantada del teclista en los directos- que practican un estilo muy en la vena de los más inspirados Skinny Puppy, aquellos del Too Dark Park o VIVIsectVI. Así pues, tenemos una buena ración de Electrónica Industrial que satisfará a los paladares más exigentes y no sólo por su fuente de inspiración, sino por la personalidad que logran desplegar a pesar de notarse claramente que los canadienses les han puesto base a su sonido. Este disco, The Room, es el segundo tras el debut llamado The Black Paintings. Hubiera puesto ese primer álbum, pero ahí todavía se les notaba muy dispersos en su sonido, normal por otra parte siendo su primera experiencia discográfica. Por eso escojo The Room, por el salto cualitativo que dan en las composiciones, más compactas y mejor trabajadas, pero aún así, si os gusta el disco que os propongo no dudéis en echarle un ojo a The Black Paintings, que seguramente no os defraudará. Y bueno, ¿qué es lo que nos ofrece Necro Facility? Tan pronto las atmósferas de Fever Eyes, que ejerce de introducción, se van abriendo a los oídos y ataca Dogma con sus percusiones y la distorsión vocal se nota ese parecido más que razonable, pero ahí donde Nivek Ogre y Cevin Key se muestran abiertamente sucios, maquiavélicos y perversos, Necro Facility se desmarcan en algunos pasajes demostrando cierta elegancia y frialdad casi aséptica en su sonido; un rasgo muy común en la mayoría de grupos electrónicos del norte de europa y que en el caso de estos jóvenes ofrece un contrapunto muy interesante a la electrónica industrial, un género que tradicionalmente ha sido un vergel de caos, visceralidad y suciedad sónica. Aún así, no reniegan para nada de deslizarse entre pasajes rezumando furia, oscuridad y violencia como bien mandan los cánones. Otra de las diferencias que se pueden encontrar es la manera en la que atacan la melodía, moviéndose por terrenos más EBM y, por llamarlo de algún modo, más convencionales. La prueba palpable es como logran un pepinazo como Tuxedo, que combina a la perfección melodía y atmósferas oscuras y que les emparentan directamente con otros canadienses de pro como Front Line Assembly. De la parte más industrial de sus influencias se quedan con la complejidad de las estructuras en los temas encadenando sin pudor alguno las partes melódicas con otras rebosantes de percusiones, furia y ruidos con total naturalidad y precisión quirúrgica, todo envuelto en un halo que aunque no llega a la experimentación si que les acerca a algo que podríamos llamar sonido progresivo. The Room tiene el ritmo y la cadencia que imperaba en los discos de electrónica de antaño (ahí están también esas sombras a lo Front 242 y Nitzer Ebb que asoman puntualmente…) salpicado por el descaro y la juventud de sus componentes, que no reniegan a darle a su sonido un toque más actual a su producción. Y como ya he mencionado antes, todo se sustenta en esa complejidad inherente a las composiciones de electrónica industrial, que nunca buscan el camino más directo del punto A al punto B sino que se retuercen como espirales de ADN ruidistas. A estas virtudes hay que añadirle el acierto de saber usar de manera puntualísima unas guitarras 100% distorsionadas que le dan a ese punto justo de agresividad y visceralidad a temas como Anubis o la imperial Ragdoll, así que nos queda un disco que no esconde sus orígenes sino que hace ostentanción de ello a pesar de que a veces esto puede jugar en su contra. Un trabajo disfrutable repleto de detalles muy buenos y canciones muy bien trabajadas pero que permite pensar – o fantasear- en un amplio margen de mejora de cara a futuros trabajos como el que editarán este año y que se titulará Wintermute (¿Homenaje a Neuromante?).

Espero que os guste.

Fever Eyes
Dogma
Tuxedo
Anubis
Kite
The Box
Circuit Breaker
Dissolving Angle
Jigsaw
Ragdoll