Hace tantos años que el nu-metal dejó de estar de moda que hasta nos quisieron hacer creer que se avecinaba su resurgimiento. Aún así, aparte de esas bandas que tratan de volver a reclamar la atención en una escena musical y comercial saturada como un campo de batalla repleto de cadáveres, hay otras que nunca cejaron en su empeño de seguir manteniéndose fiel a su estilo, como Nonpoint, los cuales, crearon en 2004 y 2005 posiblemente dos de los discos más interesantes y honestos de metal alternativo de la pasada década: Recoil y To The Pain.
En su disco noveno y homónimo, Nonpoint no han querido reinventarse como han hecho muchas otras bandas de la antigua escena metalera —y en mi opinión nunca lo necesitaron debido a tener una gran personalidad estilística—, no obstante sí se percibe en sus últimos discos por una apertura hacia una mayor generalidad hard-rock, y de hecho, salen a la luz claras influencias hacia Pantera —a los cuales ya versionearon 5 Minutes Alone con buen resultado en Miracle—, como por ejemplo en los riffs de I Said It, segundo single del disco, posiblemente uno de los cortes más agresivos del grupo hasta la fecha, con Elías gritando al micro y el doble pedal reforzando a las guitarras en los breakdowns.
Uno de los aspectos que han obviamente han marcado este disco ha sido la sustitución de la mitad del grupo, es decir, todo la sección de cuerda, y esto se ha notado y mucho. Aunque el empaste la conjugación con el resto de la banda ha sido inmaculado, en Nonpoint tenemos algunos temas con la instrumentación más pobre hasta la fecha del grupo. En Lights, Camera, Action las guitarras suenan simplonas y sin inspiración, salvado solo el tema por esa luz vocal que es Elías Soriano que nunca falla, o en Left For You, con un estribillo que huele demasiado amistoso. Algo más de actividad cogen en el ganchudo The Way I See Things, o en International Crisis, un tema que pareciera —por lo tradicional del sonido— haber sido compuesto por la formación original del grupo.
Es de agradecer que no haya canciones de relleno, y la segunda parte incluso aumenta el interés. Así, en Go Times, sin ser memorable, aparece lo que exactamente se echa de menos, mayor complejidad. El ambiente es chirriante y opresivo gracias a que las dos guitarras consiguen encajarnos en una lucha entre dos armonías y un bajo implacable. En este disco no encontraremos temas en castellano puertorriqueño de Elías ni versiones, aunque pudiera parecer, porque con Another Mistake se les ha ido la mano, pues recuerda demasiado a su propia versión del In The Air Tonight de Phil Collins. El disco cierra de forma inmejorable con Ashes, un tema inspirado que combina contundencia con un buen solo de guitarra y aires aflamencados.
Aunque en general parece claro que Nonpoint no es un mal disco, el resultado es desigual. No dejo de pensar que el disco ha quedado algo desaprovechado y constreñido, y salvo pocas excepciones, todo está demasiado enmarcado para no salirse de la foto, o muy enfocado a conseguir canciones potentes con estribillos que enganchen —y eso se cala a la primera escucha—. Solo es de esperar que los nuevos reclutas crezcan y se suelten, y tengamos un todavía mejor décimo disco.