De las cenizas de Bono Must Die (grupo de nu-rave que tuvieron que cambiar de nombre por presiones judiciales del líder de U2) nacen una de las pequeñas sorpresas de este año: O. Children. A pesar de su origen modernete con su anterior nombre (parecidos a Klaxons), estos británicos decidieron darle un rumbo musical totalmente distinto a su nuevo proyecto. Nada más y nada menos la enésima encarnación del postpunk ochentero que nos dejaron grupos como Joy Division, Sisters Of Mercy o Bauhaus.
Este debut homónimo es un ejemplo de postpunk de manual, que va desde las canciones más lánguidas del género a otros momentos, porqué no decirlo, más bailables. Todo aderezado con la profunda voz de Tobi O’Kandi, que recuerda bastante a la de Nick Cave y que da voz a unos temas pegadizos, que a pesar de no ofrecer nada nuevo, están tan bien ejecutados que a uno no le queda más que rendirse ante un excelente disco de un género que se resiste a ser olvidado.
El año pasado los amantes del postpunk más goticorro pudimos disfrutar con el maravilloso Primary Colours. Y este año, podemos considerar el disco que nos ocupa como heredero directo del segundo disco de The Horrors. Esperemos que en 2011 tengamos al menos un disco del estilo tan bueno como el debut de estos O. Children.
Malo
Dead Disco Dancer
Heels
Fault Line
Smile
Ezekiel’s Son
Ruins
Radio Waves
Pray the Soul Away
Don’t Dig