Liviano como el humo, fuerte como la piedra. Los principios de la virtud y el dominio del cuerpo desde la filosofía de las artes marciales son los atributos que rápidamente me vienen a la cabeza cuando escucho a Obscure Sphinx, un grupo polaco que sorprendió gratamente con su LP Anaesthetic Inhalation Ritual.
Esculpida de una pasta flexible y moldeable, la esfinge oscura configura su música adquiriendo una naturaleza cambiante pero coherente. Tras el primer tema Air, que como su nombre indica honra a los estilos atmosféricos nos topamos de bruces con el pico de contundencia del grupo. Si llegado a este tema no te has emocionado, desiste. El riff principal de Nastiez nos machaca, rompiendo huesos sin piedad, mientras que el eco del rasgado de su cantante —femenina— reverbera como si estuviera encerrado en la cúpula del dolor. La voz de Wielebna suena cercana y no es descabellado encontrar similitudes a una Julie Christmas, si bien la voz de la primera es menos estridente y más omniosa y ceremonial si cabe.
Eternity juega a estallarnos los graves en la cara con una alianza entre el bajo y el crash, mientras que los envolventes y cacofónicos atisbos de melodías impregnan un extraño humor litúrgico del que antes hablaba, mientras que Intermission lo enrarece aún más con atmósferas disfuncionales.
El grupo construye en progresivo, adecuando la intensidad a los caprichos de una tormenta inteligente. Allá donde nuestro cerebro quiere oír, escuchamos quejidos, las sombras de lo que podrían ser voces lamentosas. A veces parecen trucos de electrónica, otras hacen dudar si no se trata el viento silbando de dolor. Los tremulantes arpegios se regodean en delays sobre las pantallas de una distorsión definida. El grupo no muestra prisa en golpear y los medios tiempos predominan.
Anaesthetic Inhalation Ritual es un disco de post-metal en su concepción más alternativa, y el mejor ejemplo lo tenemos en Bleed In Me (Pt.2), seguramente el tema con la melodía más elaborada, y en la que restaña los agudos del bajo para llamar nuestra atención, pero que a continuación se sumerge en una vorágine sludge-psicodélica, claramente el pasaje más instrumentalmente osado del disco junto al corte final Paragnomen donde podemos disfrutar de escarceos solistas en la guitarra y un final groove que reafirma las conexiones con el aggro-metal. Esperemos que estas señas de identidad se sigan potenciando en trabajos futuros, porque sin lugar a dudas estamos ante un trabajo realmente notable.