Aprovechando el paso de este islandés por España (Sónar en Barcelona y Madrid en el Teatro reina Victoria), vamos a analizar el último trabajo de este antiguo baterista de hardcore reconvertido en compositor análogo a otros neoclasicistas como Max Richter o Nils Frahm.
He de confesar que antes de enfrentarme al último disco de Ólafur Arnalds tenía una expectación ciertamente temorosa. Su neoclasicismo, una etiqueta inventada como cualquier otra para referirnos simplemente a la revalorización de los cánones de la música clásica, era muy posible que no pudiera revisitarse sin llegar a extraer todo el jugo necesario y sin caer en la redundancia.
Del neo-clasicismo al post-clasicismo
Afortunadamente, For Now I Am Winter supone una evolución coherente pero que no pierde el importarte sesgo minimalista que caracteriza su propuesta. De hecho, sorprende la existencia de un punto de encuentro, no demasiado ultrajado, entre las cuerdas y la electrónica. Temas como el corte inicial, Sudden Throw, dejan al violín construir una atmósfera de enorme tensión que la base electrónica del siguiente tema Brim se encarga de engalanar con un punto distintito de belleza y de características “post”. Un anclaje a la modernidad y a los propios ciclos humanos que evitan que nos perdamos, en muchos momentos del disco, en el invierno eterno de su música. De hecho ese es uno de los puntos débiles del disco: la glaciaridad que impide encontrar el rastro en la nieve y ser capaces de llegar a un sitio: encontrar el clímax o una emoción más fuerte que la sola melancolía.
¿Mejor solo o bien acompañado?
Otro de los aspectos más destacables de este disco es la colaboración del estadounidense Nico Muhly en la dirección orquestal, y la presencia de voces en cuatro canciones. Arnór Dan Arnársson, compatriota de Ólafur, y vocalista del grupo de rock alternativo Agent Fresco (bastante recomendable por otra parte) colabora en estos temas con resultado satisfactorio por su parte. Su voz es cristalina, generalmente tenue —pocas veces la lleva más allá de un mero susurro— y no roba ni una pizca de ambient a la atmósfera, excepto en Reclaim, donde se propulsa la locomoción de la base y los violines, o en Old Skin donde comienza a desplegar sus académicos registros agudos con otra base de percusión más acelerada.
La belleza en escala de grises
https://www.youtube.com/watch?v=_O-WHevzCR8
Ya sabíamos que Ólafur Arnalds es un maestro en arrancar la belleza de instrumentos tan tradicionales como el piano o un violín, pero su reto era confeccionar algo más ambicioso, complejo y actual. Si bien es innegable que su música ha vuelto a dejarnos momentos realmente preciosos, parece que su objetivo no se ha cumplido del todo ya que se le ha hecho muy difícil desligarse del estilo filmográfico que tanta popularidad le ha dado (como las bandas sonoras de Los Juegos del Hambre y de Looper) y entrar en los dominios de la música popular. Así quedará For Now I Am Winter, un disco a medias entre la sensibilidad humana y las frías atmósferas desoladas tan propias de su tierra natal.
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